Un estudio realizado en la Universidad de Mersin ha encontrado que el COVID-19 podría afectar severamente la salud sexual de los pacientes hombres, pues desciende los niveles de testosterona y afecta el deseo sexual.
El estudio realizado en Turquía siguió a 438 pacientes diagnosticados con COVID-19. 232 participantes eran hombres. Para los fines del estudio, estos fueron divididos en 3 grupos: los asintomáticos, que fueron 46 pacientes; los sintomáticos que requirieron hospitalización, que fueron 129; y por último aquellos que ingresaron a terapia intensiva, que eran 46 pacientes. Por desgracia, 11 pacientes fallecieron en el curso del estudio.
En todos ellos se observó una disminución notoria tanto en los niveles de testosterona como en la libido. Este fenómeno se presentó incluso en los pacientes asintomáticos. Según el estudio publicado en la revista The Aging Male, más de la mitad de este grupo presentó un descenso en el deseo sexual y así como en el nivel de testosterona en el organismo.
Otro hallazgo: la mitad de los pacientes presentó hipogonadismo, un fenómeno donde baja la producción de testosterona. Entre sus conclusiones, los científicos involucrados en el estudio sugieren que bajos niveles de testosterona podrían estar relacionados con una infección de coronavirus mucho más fuerte.
Estos resultados coinciden con los de un estudio publicado en Alemania en mayo. En aquel estudio se analizó a 45 pacientes en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Hamburgo.
Sin embargo, sería muy pronto para decretar una correlación entre los niveles de testosterona y la gravedad del COVID-19, pues no todos los estudios coinciden. Un ejemplo es un estudio realizado en mayo por la Universidad de Columbia donde se proponía que los niveles bajos de testosterona disminuirían la gravedad de la infección.
En lo que coinciden los tres estudios es en la importancia que tiene la testosterona para el sistema inmunológico, pero con acercamientos divergentes. Pues el estudio de Columbia sugiere que la testosterona permite una respuesta más agresiva del organismo, respuesta que podría resultar contraproducente para el paciente.
Con información de La Opinión