Por Antonio Rivero
En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre las elecciones del 2018, particularmente destaca el caso de Mérida, desde un trasnochado investigador hasta una dicharachera ¡médium! han expuesto los supuestos escenarios electorales, mencionando incluso a quienes podrían ser los candidatos, principalmente del PRI y del PAN.
Poco se ha hablado, sin embargo, de dos figuras claves en la próxima elección, que son los presidentes municipales de esos partidos. Claves por la importancia de la capital en los resultados, tanto en número de votantes como en la repercusión política.
La cúpula del PRI en Mérida acaba de cambiar. El sábado 7, Jorge Esquivel Millet rindió protesta como presidente del Comité Directivo Municipal de Mérida del PRI; fue ratificado por mil 500 consejeros para el periodo estatutario 2017-2020.
Esquivel Millet desembarcó al partido luego de su paso por la Consejería Jurídica del gobierno estatal, un cargo que ocupó con diligencia, sin que medie escándalo alguno. Antes, fue candidato por su partido para el IV Distrito local. Perdió ante Elías Lixa, aunque logró remontar la histórica distancia que su partido tenía en esa demarcación.
El PAN de Mérida, por otra parte, lo preside Jesús Pérez Ballote, quien en febrero cumplirá un año —exactamente el 14, Día del Amor y la Amistad— en ese cargo. «Chucho» Pérez contrajo nupcias a fin del año pasado; el enlace se convirtió en una pasarela de políticos de su partido. Incluso, la ceremonia religiosa se realizó en la víspera de las elecciones de consejeros estatales y nacionales panistas.
Contra todo el discurso de austeridad que se enarbola en estos turbulentos tiempos, «Chucho» Pérez y su esposa se fueron de luna de miel a los Emiratos Árabes Unidos, específicamente a Dubái. Antes, hizo un periplo por varias ciudades de Europa y África.
Por su parte, Jorge Esquivel, además de su breve paso por la política y la función pública, ha destacado como deportista. Capitán de la histórica escuadra de los Venados del CUM de Primera Fuerza, muchos consideran al presidente municipal del PRI como un icono del fútbol amateur de Yucatán.
Un medio que orquestaba a un equipo que fue tres veces campeón, de elegante conducción y comportamiento impecable. Así lo recuerdan los veteranos que jugaron con él en la década de los noventa. Nunca en sus dieciocho años como jugador fue amonestado, distinción que compartió con José Elías Alam, otro caballero de la cancha.
«Chucho» Pérez, en contraste, carga con un estigma. La cantera de este joven político fue la universidad. Ahí comenzó a abrir brecha para ocupar espacios en la grilla estudiantil para los panistas. Sin embargo, en el cenit de su trayectoria en esa jungla, cuando era líder estudiantil de la Facultad de Derecho, circuló un vídeo con una mujer escasa de ropa, aparentemente sexo-servidora, a la que se le decía que era su «first lady». De eso, ya llovió.
Dos piezas clave de la próxima elección con pasados totalmente distintos. Por una parte, Esquivel Millet, quien puede presumir de su pasado y, por otra, Pérez Ballote, quien lo esconde; el polémico vídeo ya no puede consultarse en la plataforma donde corrió como reguero de pólvora: YouTube. En ese aspecto, el PRI lleva ventaja.
Sobre todo en este contexto, marcado por la tragedia. La violencia ha cimbrado al vecino estado de Quintana Roo, epicentro de centros nocturnos y excesos. No sólo Pérez Ballote se forjó a pulso la fama de fiestero, y fiestas con drogas y alcohol, sino que el gusto lo comparte con el dirigente estatal de su partido, Raúl Paz Alonzo. De esta forma, la cúpula del PAN —un partido que supuestamente defiende los valores— está cooptada por teiboleros. Cría fama…
Los yucatecos no sólo votarán por candidatas y candidatos, también votarán por partidos políticos, que hoy son representados por sus dirigentes. Sin duda será necesario valorar la opción con la que sientan que su forma de vida y la seguridad estén garantizadas. En el ámbito personal, ¿preferirán a un partido dirigido por un abogado deportista, al que nunca amonestaron, que a pícaros protagonistas de videoescándalos?
Los giros negros están ligados a la prostitución y a las drogas; estas últimas factor de la desestabilidad que se viven en estos momentos en Quintana Roo. ¿Qué pasaría con la seguridad del estado de Yucatán si llegara a controlarla un gobierno emanado de un partido que es dirigido por “chicos traviesos”, lógicamente vinculados con “chicos malos”?
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