– Vila Dosal visitó el hogar de Rosa Alberta Ayala Villanueva quien por más de 50 años de su vida ha fabricado las tablillas de chocolate caseras “Doña Rosa” en la cabecera municipal de Sinanché
Sinanché, Yucatán, 3 de junio de 2021.- La tradición de fabricar tablillas de chocolate caseras, ha sido para la señora Rosa Alberta Ayala Villanueva y su familia, una práctica desde hace más de 50 años, gracias al conocimiento que aprendió a través de su madre, de quien conoció el método para prepararlas de tal forma que se han ganado el corazón y el gusto de muchos yucatecos que habitan en diversos municipios del estado, donde el dulce se vende de forma exitosa.
Luego de realizar una visita de supervisión de la aplicación de la segunda dosis de vacunas contra el Coronavirus a adultos mayores de 60 años en la Unidad Médica Rural (UMR) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el municipio de Sinanché, el Gobernador Mauricio Vila Dosal aprovechó para visitar el negocio de Doña Rosa quien han trabajado arduamente aguantando la pandemia para lograr que su forma de sustento persista a pesar de las dificultades que ha traído consigo la emergencia sanitaria.
—Doña Rosa, ¿cómo está? Mare, usted es famosa al igual que las tablillas de chocolate. ¿Cómo las vende, una por una o paquetes? —expresó Vila Dosal al ingresar al porche del hogar de Rosa Alberta, quien se encontraba tomando el fresco para aliviar el fuerte calor de mayo, junto a su esposo Wilbert Fernando Sánchez Osunza así como su hijo Wilbert Fernando Sánchez Ayala quienes también son parte del equipo de producción y venta del dulce casero.
—Las vendemos por pedidos que nos llegan de Yobaín, Motul e incluso en tiendas de Mérida donde venden artesanías, aseguró Wilbert Fernando hijo, quien es el encargado de las ventas y gran parte de la producción de este antiguo negocio familiar.
Doña Rosa Alberta también comentó al Gobernador que desde que tenía 8 años de edad aprendió el método de preparación de su madre, quien con cuidado y amor las preparaba para también venderlas en Sinanché o en localidades cercanas por lo que ella decidió continuar con el negocio en el cual se pueden producir hasta 900 tablillas en temporada de mayor demanda y hasta 500 de ellas en época más tranquila.
— Y, ¿cuánto le debo por estas tablillas? —cuestionó el Gobernador a la mujer de 80 años de edad quien le entregó sendas bolsas de papel con varias piezas del dulce.
—Nada, respondió la octogenaria— se las entrego para que usted pueda disfrutar de las tradicionales tablillas de doña Rosita de Sinanché.
—Muchas gracias, estoy seguro que a mis hijos les van a gustar también porque les encanta el chocolate. Tengo tres, una hija y dos hijos, y a estos últimos dos les fascina. Con un chocolate logras que hagan lo que sea, bromeó Vila Dosal.
—Estas tablillas no contienen azúcar, así que le puede agregar endulzante al gusto, ya sea artificial o natural. De hecho, es recomendable para los diabéticos por la misma razón. El tostado lo hacemos en la parte de atrás, luego lo mezclamos con harina y agregamos canela para darle un buen sabor. Uno debe saber cuándo y cómo tablillar el chocolate porque con este calor, si no se hace de manera adecuada, no queda duro y se derrite, explicó Rosa Alberta.
Ahí mismo, en el porche, el Gobernador preguntó sobre la hamaca que se encontraba colgando del urdidor, a lo que Ayala Villanueva respondió que las realiza en su tiempo libre, pero no para la venta, aclaró, sino para regalarlas entre sus familiares.
—Mis nietas tienen una lista de espera porque cada vez que termino de urdir una hamaca, ellos me preguntan si la siguiente será para ellas. Siempre encuentro el tiempo porque no lo hago con prisas, en cinco meses puedo sacar una hamaca grande. Aparte de eso también soy rezadora.
—Entonces, le voy a pedir que rece por mí, mi familia y por una amiga que se encuentra en una situación médica muy delicada. Ahí se la encargo porque con sus rezos nos va a ayudar mucho, recalcó Vila Dosal antes de despedirse, alentar y agradecer a la familia por las tablillas de chocolate y la atención.