CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) –
¿Qué tienen en común una empresa que vende helados y otra de chicharrones de chiles serrano? Ambas son pequeñas compañías que lograron ser proveedoras de las grandes cadenas de retail.
Para conseguirlo, primero obtuvieron su código de barras. En México, GS1 es la asociación que los otorga, pero es necesario cumplir algunos requisitos y pagar una membresía. Además de otorgar el código, GS1 brinda asesorías en diferentes temas y realiza eventos para acercar a las pymes con empresas de retail.Fue en una de esas ferias de vinculación donde Helado Obscuro se acercó a Grupo La Comer. Helado Obscuro es una empresa que comenzó en 2012 y vende helados con alcohol. Ya tiene nueve sucursales en la Ciudad de México y una en Veracruz.
Después de trabajar junto a La Comer durante un año y ocho meses, la firma logró colocar sus productos en los congeladores de 19 tiendas de los formatos City Market y Fresko. Apenas tiene un trimestre dentro del canal de autoservicios, pero ya logró ampliar su cobertura a 45 de las unidades de la cadena.
“Fue un proceso complicado. Entre todo el trámite, checar volúmenes de producción, buscar proveedores para los envases de un litro, etcétera. Fue un arduo trabajo con el director de congelados de la cadena, pero ellos fueron muy accesibles y nos llevaron de la mano. Ahora buscamos entrar a una o dos cadenas más”, comentó Bárbara Roldán, ejecutiva de Helado Obscuro.
Otro ejemplo es el de Casa Glotón, una empresa que produce chicharrón de chile serrano. La compañía se constituyó en marzo de 2016. Un año después, ya comercializaba su producto en nueve de las cerca de 40 sucursales de La Europea.
El negocio lo comenzó Rafael Hernández, director general de Casa Glotón, junto con su esposa. Ellos vendían el producto entre sus conocidos, y así se fueron haciendo de clientes por recomendación del boca a boca.
El día en que unos amigos les preguntaron por qué no vendían sus productos en una cadena comercial, fue el día en que Hernández habló a La Europea. Dos semanas después de su primera cita, sus frascos de chiles ya se encontraban estaban en los estantes de la cadena. Ahora están por entrar a seis unidades de City Market.
“Con La Europea, el trámite fue muy sencillo. En City Market llevo nueve meses de trámites para poder entrar, es más complicado, te aprietan mucho el precio, te pagan a mayor plazo, te piden más requisitos y la firma de un contrato”, contó Hernández. “Además, mientras que en La Europea yo distribuyo en cada una de las unidades, en City Market se debe hacer la entrega en el centro de distribución. Es todo un proceso para el cual debes tomar un curso y certificarte”.
Si bien cada cadena tiene diferentes reglas para asociarse con ellos, el requisito primordial es que el producto tenga código de barras, destacó el directivo.