Por Chismecito Político
Vaya bomba que se aventó ayer el consejero presidente Lorenzo Córdova… la cual, seguro, reventó estruendosamente en los pasillos de Palacio Nacional.
Aunque para el resto del país el “torpedo” lanzado desde el Instituto Nacional Electoral (INE) fue más bien un petardo que pasó sin pena ni gloria, para el titular del Poder Ejecutivo fue un “misil” dirigido directamente contra su persona.
Córdova deslizó la tarde del jueves que el ejercicio de Revocación de Mandato podría ser anulado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación debido a las múltiples irregularidades que se han cometido en el proceso.
No sólo eso, el consejero presidente expuso que el Instituto que encabeza entregará todas las pruebas que sean pertinentes que demuestren todas las faltas que se cometieron (porque sí se cometieron… y muchas) a lo largo de toda la “campaña” para recolectar firmas y promover la consulta.
“Claro que le vamos a presentar a la Sala Superior el diagnóstico de todas las irregularidades que se han venido cometiendo, con independencia que ellos ya lo conocen porque todas las cautelares han sido impugnadas y todas han sido confirmadas”, detalló Córdova en una conferencia de prensa realizada ayer desde la “Herradura de la Democracia”.
“Ojalá la irresponsabilidad de los actores políticos que sistemática, reiterada, dolosa y descaradamente están violando la ley no traiga como consecuencia eventualmente que se decida anular este proceso por parte de la Sala Superior”.
Esas citas textuales son capaces de hacer arder a Troya. Pero de verdad salieron de viva voz del consejero presidente.
Dicho eso, Lorenzo Córdova tiene razón y al mismo tiempo se equivoca.
Al funcionario electoral le asiste la verdad al denunciar el cúmulo de anomalías, trampas y transas que se han cometido por los simpatizantes de AMLO. Radio Fórmula, de hecho, fue el primer medio en documentar que militantes morenistas estaban recopilando firmas de personas presas y fallecidas.
Y no sólo eso, otras irregularidades detectadas son el mal uso de padrones de beneficiarios sociales, millones de pesos gastados en propaganda que no se han podido rastrear, constantes violaciones a las leyes electorales por parte de servidores públicos, entre otras cosas.
Sin embargo, Lorenzo Córdova se equivoca (y se equivoca gacho) al olvidarse de su papel de árbitro y tomar una postura abierta de oposición. Sus declaraciones parecieran más de un líder opositor que del titular de un órgano garante de que se cumplan las leyes electorales. Es decir, está siendo parcial y, viciando de esa manera, un proceso que debería ser una fiesta democrática.
La postura del consejero presidente, además de que polariza, puede dañar más la imagen del Instituto Nacional Electoral, pues ahora pareciera que, más que un órgano autónomo, es un ente supraestatal, es decir, que está por encima del Estado, y que es capaz de enmendarle la plana al poder, a pesar de que no fue elegido de manera popular.
Es decir, es grave la postura de Córdova, porque se está atribuyendo un poder que no le corresponde con tal de descarrilar el gobierno de AMLO. Es tan grave, políticamente hablando, como la avalancha de ilícitos electorales que los guindas han cometido durante todo el proceso de revocación de mandato.
Las violaciones a la ley cometidas por los simpatizantes del presidente deben ser sancionadas. Pero Córdova debe dejar de tomar un papel de opositor que no le corresponde, pues daña la credibilidad de un árbitro que debería trabajar a favor de la ciudadanía, no de la oposición.
P.D. Arturo Zaldívar le “cumplió” al presidente con la Reforma Eléctrica… y los gringos ya se enojaron. Información Radio Fórmula