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Lo aprobado por la mayoría oficial en diputados no es el “Plan B”, con “b” de burro, sino el “Plan V”, con uve de venganza y vergüenza.
Es una descarada revancha del presidente de la República contra el INE, tan odiado por él; una sucia maniobra para imponer su soberana voluntad a cualquier costo.
“El Plan B” no mejora en nada el sistema electoral, al contrario, legaliza un rosario de trampas a favor del partido en el poder y sus partiditos “achichincles”.
Los cambios del plan vengativo y vergonzoso atan de manos al INE y al Tribunal Electoral para que los morenistas y funcionarios del gobierno puedan derrochar recursos públicos para apoyar campañas electorales sin restricción ni miedo a sanción alguna.
El plan aprobado muestra que al INE sí lo toca un autoritarismo no visto en décadas. El árbitro electoral queda ahorcado, víctima de la ideología y el privilegio de mandar; el gobierno le quita “patas”, lo achica, lo acota, para convertirlo en “MININE”, sin importar el riesgo de la falta de certeza electoral.
Ricardo Monreal, el morenista incómodo, adelanta que el capricho presidencial no será avalado “a lo loco” en el Senado, al tiempo que opositores al régimen alistan el combate legal ante la Suprema Corte.
Se pronostican peores días de huracanes, tormentas y terremotos. Información Radio Fórmula