Especialistas analizan las opciones para construir un nuevo aeropuerto internacional en la Ciudad de México, en la mesa de Agenda Pública, con Mario Campos. Participaron, José María Riobóo, ingeniero y empresario de la construcción; Salvador Landeros, presidente de la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros; Juan Pardinas, presidente del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (Imco), y el ingeniero agrónomo Sergio Rubén Samaniego.
El ingeniero José María Riobóo explicó que hace años advirtieron que deshacerse el Aeropuerto Benito Juárez sería un desperdicio y que el terreno y la extensión de Santa Lucía son adecuados, aunque es una instalación retirada.
Salvador Landeros, presidente de la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros, apuntó que se inclinan por el aeropuerto de Texcoco, como está proyectado, si se atienden una serie de observaciones relacionadas con problemas ambientales, ecología y, sobre todo, “es muy importante la parte hidrológica, hidráulica y, principalmente, problemas de suelo, porque representan dificultades que están en análisis, porque hay asentamientos diferenciados y eso se debe asegurar que quede remediado, para que no haya problemas”. También, dijo, es necesario conocer los costos de mantenimiento para el aeropuerto de Texcoco, para poder apoyarlo totalmente.
Juan Pardinas, presidente del IMCO, apuntó que el proyecto de Texcoco está avalado por Mitre, un organismo internacional, sin cuya aprobación se complica que las aerolíneas quieran aterrizar en un aeropuerto. Apuntó que “la institución de ingeniería más importante valida el tema de Texcoco, no veo que haya controversia”.
El ingeniero Sergio Rubén Samaniego apuntó que se trata de resolver el problema del aeródromo, que es “el sistema que se usa para que suban y bajen los aviones. Se trata de tener donde aterrizar”. Defendió que el espacio de Santa Lucía es equiparable a lo que se construye en la primera etapa de Texcoco, con una pista militar y dos comerciales. Señaló que a Texcoco se agregó un proyecto inmobiliario, con detonante comercial, con estructura lujosa, suntuaria, mientras en el proyecto de Santa Lucía es estrictamente la solución de aeródromo.
Juan Pardinas apuntó que la pérdida que genere dejar el proyecto de Texcoco con el avance que lleva, puede propiciar desconfianza en los inversionistas extranjeros; además, dijo, se desperdiciaría algo que ya está construido.
Samaniego apuntó que al echar a andar Texcoco, en contraste, se dejarían en el desperdicio dos aeropuertos que están en funciones y que se podría aprovechar el avance de la instalación en Texcoco para otros efectos.
Riobóo apuntaló que, para evitar riesgos, “tendríamos que hacer cambios en el proyecto aeronáutico, cambiando señales para que los aviones no se mezclen en el espacio aéreo”.
Samaniego recordó que “Texcoco es una zona lacustre, es afluente de ríos, es el punto más profundo de la zona lacustre del valle de México, y tendría que cambiar su uso de suelo, mientras el aeropuerto de Santa Lucía es ya un aeropuerto con el uso de suelo requerido”
Landeros Ayala reconoció la necesidad de tener “estudios más profundos de Santa Lucía”. Samaniego apuntó que se trata de un tema geológico, porque Texcoco “es un mar de lodo”, lo que está en estudios públicos, igual que la solidez del suelo de Santa Lucía; además de que al modificar el ángulo de las pistas no se tomó en cuenta que “los vientos no han cambiado y no han presentado estudios de viento que permitan saber si hay problemas con los aterrizajes”.
Además, dijo Samaniego, hay una imprecisión en la participación de Mitre, que es una asociación civil independiente, son empresa de consultoría, no es normadora de aviación, la OACI es la normadora, ellos emiten las normas de vuelo. “Quienes nos asesoran son de OACI; además, cada país tiene su propia validación, Mitre no valida, las calificadoras se apegan a OACI, no a Mitre”.
Samaniego criticó que el estudio que hoy se pide “vale 150 mdp, nosotros no tenemos esa fortaleza, el estudio debió hacerlo el organismo gubernamental y no lo hizo. Cuando presentamos el proyecto, Mitre nos felicitó, nos dijo que estaba sorprendido por la profundidad del trabajo, pero ellos mismo no han ahondado en el proyecto”.
Landeros reconoció que hacen falta detalles del proyecto de Santa Lucía y admitió que “si hubiéramos contado con todos los estudios podríamos tener una opinión diferente, pero por hoy nos inclinamos con el proyecto de Texcoco”.
Pardinas apuntó que ha habido sobrecostos y errores en muchas obras importantes, pero, dijo, en Texcoco tenemos una obra avanzada, se ha comprometido inversión del país, “y me parece que el país tiene muchísimos problemas, y el nuevo gobierno se genera un nuevo problema, me preocupa la señal que mandaríamos al mundo, además de las implicaciones de seguridad del aeropuerto actual”
Riobóo subrayó que es necesario conocer el avance auténtico en la obra de Texcoco, porque se ha pospuesto la fecha de inauguración, y el avance anuncia incluye cosas que no van con la construcción, así, pues, “no está claro cuándo termine, porque tiene que arrancar cuando esté 100% terminado, no puede arrancar a medias, porque se invalida el actual aeropuerto y tiene que estar totalmente terminado. Veo complicado cómo van a hacer las pruebas en vacío, y tengo miedo de que pase lo del aeropuerto de Berlín, que lleva 9 años y no lo echan a andar”
(Con información de Agenda Pública)