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Nada está cantado (aún) en la Ciudad de México.
Es cierto que Omar García Harfuch encabeza las listas de popularidad en la capital del país, pero en la cuna del morenismo hay bastantes divisiones.
Ninguna de ellas, por cierto, es lo suficientemente grande como para fracturar al partido, que se disciplinará con cualquier decisión que se tome, pero sí como para arrojar diferentes opiniones y preferencias por la candidatura a la Jefatura de Gobierno. Lo cual hará que, de forma indiscutible, se ponga buena la contienda en la Cuarta Transformación.
Por ejemplo, hay un grupo de morenistas capitalinos, muchas de ellas y de ellos pertenecientes a las altas esferas del partido, como los allegados a Citlalli Hernández, que quieren a Clara Brugada y no se rendirán tan fácil: tiene sentido, es un gran cuadro al interior de la izquierda local y le cambió, para bien, el rostro a la alcaldía de Iztapalapa.
En tanto, las voces que respaldan a García Harfuch, que no es por chismear, pero tiene el respaldo de personas (muy) cercanas al presidente Andrés Manuel López Obrador, consideran que es la carta fuerte para recuperar el respaldo de la clase media, además de que, hoy por hoy, es el aspirante puntero en los ejercicios demoscópicos.
Ahora, con la irrupción de López-Gatell en el ring de la capital de México, el tablero se mueve: es un perfil que puede sumar apoyos tanto de los cuadros, más alineados a la izquierda, de Morena, así como a aquellos y aquellas que consideran que es imperante recuperar a las clases medias para apuntalar al obradorismo y la candidatura de Claudia Sheinbaum en ese sector tan volátil, pero clave, de la ciudadanía nacional.
La cosa está en… ¿le alcanzará a López-Gatell? Recordemos que, de haber sido hasta presidenciable alguna vez, trae sobre sí el desgaste de la pandemia de COVID-19 y el público más exigente de la Ciudad de México, así como el sector médico, se lo puede reprochar.
Eso sin contar que llega algo tarde a la contienda y, como algunos especulan, quizá esté ahí para fragmentar las preferencias internas de Morena, lo cual ayudaría al candidato puntero. Aunque es innegable, que hay morenistas ‘fresas’ y clasemedieros (nos chismean) que aunque apoyan incondicionalmente a Claudia, en la CDMX su corazoncito late más a la izquierda y quisieran un perfil como el del zar del coronavirus.
Sólo Gatell sabe cuáles son sus verdaderas intenciones: y esperemos a ver cómo se va desempeñando en las encuestas. En una de esas, da la sorpresa. Quizá no gane, pero, como con Noroña, puede lograr acumular capital político.
Ojo con los diputados de Ebrard.
Por cierto, hay que estar atentas y atentos a los legisladores que apoyan a Marcelo. En concreto, al grupo de más de 20 diputados que lo respaldan.
Serán claves para las negociaciones del presupuesto y no por nada el coordinador de Morena se reunió con ellos.
Es aquí donde Ebrard tiene una influencia que podrá ser la llave para su futuro.
Información Radio Fórmula