Desde febrero la incertidumbre azotó al Puebla, especialmente cuando por los malos resultados del argentino Santiago Solari aparecieron en el América; a partir de entonces el nombre de Nicolás Larcamón surgió como el de mayor posibilidad para tomar ese banquillo. No fue así, pero sí creó inestabilidad en La Franja.
Larcamón se encaminaba a su tercera Liguilla con el Puebla; Nicolás se había convertido en uno de los técnico más atractivos en el futbol mexicano, aunque en una decisión analizada junto a su directiva se decidió alargar su relación hasta diciembre de 2023, por lo que ahora correspondía apagar los trascendidos de la posible salida de jugadores clave, otra preocupación.
Sumado a la renovación del técnico, La Franja esta vez no vendió y logró mantener a figuras como Israel Reyes y Maximiliano Araújo, quienes estaban en la órbita del América, así como de Cruz Azul.
Además, recuperó a Omar Fernández y sumó a Gastón Silva. Entonces se creyó que habría condiciones para pensar en un mejor torneo que los anteriores; entonces aparecieron las lesiones, nada parecía darle tregua al equipo de la Angelópolis.
Aristeguieta, primero en caer
Después de iniciar con dos victorias y un empate, las complicaciones para el Puebla empezaron con la fractura de tobillo que sufrió Fernando Aristeguieta (18 de julio) durante un entrenamiento, por lo que el club debí iniciar la búsqueda de un relevo; entonces llegó el estadounidense Jozy Altidore, quien debió pasar por la difícil adaptación a un torneo ya comenzado.
Tras el venezolano, otros dos jugadores cayeron: Emanuel Gularte y Pablo Parra, a quienes no se les ha visto jugar desde las Jornadas 4 y 6, respectivamente, debido a problemas musculares; se trató de dos bajas de peso, especialmente la de Parra, un seleccionado chileno.
George Corral y Kevin Ramírez, que no eran frecuentes en el cuadro titular, también se lesionaron y se perdieron el torneo. Uno más: Gustavo Ferrareis se rompió el tobillo izquierdo en la visita del Puebla a Chivas (derrota de 1-0) el 10 de septiembre.
“Sin duda fue el más difícil, porque posterior al primer torneo fueron muy desafiantes las salidas, pero eran cuestiones controladas, exigencias a nivel financiero, pero en este caso fueron muchos golpes por lesiones, como (Emanuel) Gularte, Parra, Corral, Ferrareis: además, lesiones atípicas que nos mermaron muchísimo en los recambios del equipo. Fue duro, un torneo que también tenía el atenuante de ser mundialistas. Fue demandante para todos los que trabajan”, explicó en su momento Nicolás Larcamón.
Los 12 partidos sin ganar
Mermado por las bajas, el equipo de Larcamón sumó hasta 12 partidos sin ganar, por lo que avanzar al Repechaje lucía complicado, pero una inesperada noche brillante ante Tigres lo volvió a meter en pelea; entonces logró un marcador favorable de 2-1. Toda una hazaña. Un milagro.
Gracias a Martín Barragán, quien suma ya ocho goles (tercer mejor anotador del Torneo Apertura 2022) y Federico Mancuello, convertido en el motor de La Franja, los Larcaboys se recuperaron e hilaron otra victoria, ahora sobre Pumas en el Estadio Cuauhtémoc.
Ese reciente resultado del viernes 23 sirvió para amarrar el boleto, el más sufrido en los últimos cinco semestres en los que Nicolás se ha confirmado como el técnico ideal para un equipo que se acostumbró a sufrir y no deja de resurgir una y otra vez. Información Medio Tiempo