El reto del padrón… priista

Por Enrique Aranda

Inmerso en la más grave crisis interna de su historia, confrontados no pocos de sus liderazgos más emblemáticos, el Revolucionario Institucional deberá empeñarse en cancelar, ¡ya!, el inminente riesgo de profundizar la primera y agudizar los segundos cuando, este lunes, su Consejo Político Nacional defina fechas y método para renovar, presumiblemente el 8 de septiembre, la presidencia que hoy —“en el mejor de los casos…”— administra Claudia Ruiz Massieu.

Esto, no sólo por la multiplicación de aspirantes a liderar el priismo que hoy atestiguamos sino, fundamentalmente, porque, si bien la mayoría de los mismos presiona para conseguir —“como prueba de apertura y democratización interna”, argumentan— que la elección de la próxima dirigencia nacional se dé vía consulta directa a la militancia, lo cierto es que nadie sabe hoy, con certeza, cuántos priistas con derecho a sufragar realmente existen… o existirán al momento de consumarse el proceso.

Ocurre, resumiendo, que si bien el propio Instituto Nacional Electoral, de Lorenzo Córdova, en enero, reconoció al tricolor contar con un listado, literal, de seis millones 546 mil 560 miembros, lo cierto es que, desde 2016, había echado a andar un proceso de afiliación-actualización y, ese mismo mes, ordenó a todos los partidos impulsar un proceso de refrendo que, inconcluso aún hoy, como los dos restantes, se prevé que vea reducirse significativamente esa cifra por el abandono y/o muerte de “viejos” militantes, sí, pero también porque no existe posibilidad alguna de que el 100% de los inscritos en el padrón existente —“ni siquiera una mayoría significativa…”— actualice con documentos y refrende su pertenencia partidista entre la fecha y el 8 de junio en que, vale destacar, el INE definirá el padrón de quienes podrán sufragar válidamente en la emblemática elección.

Por ello precisamente, por el riesgo implícito de que, merced a lo anterior, el proceso pudiera verse deslegitimado, es que no son pocas hoy las voces que refieren la necesidad de revisar el inicial pronunciamiento a favor de que la nueva dirigencia sea elegida vía consulta a la base, para avanzar en la exploración de alternativas como, en su caso, que la misma se realice vía el voto de consejeros (políticos) nacionales y estatales —aproximadamente 18 mil liderazgos— o, incluso, la suma de éstos con los consejeros municipales, con lo que la cifra de eventuales sufragantes se elevaría por encima de los 100 mil.

Habrá, pues, que estar atentos para ver cómo, previsiblemente el lunes, insistamos, el otrora partidazo procesa la situación con miras a garantizar la mayor participación posible de su militancia más fiel, al tiempo que cancela posibilidades de confrontación interna y/o suspicacias que pongan en entredicho la que pretende ser una elección que marque el relanzamiento del PRI hacia su eventual reconstrucción y reestructura.

Veremos…

ASTERISCOS

* ¡Vaya diagnóstico!” el que, vía el cardenal Rogelio Cabrera, emitió la CVIII Asamblea del Episcopado: “Hacemos nuestras —dice— las angustias del país, que sigue sufriendo de violencia, inseguridad, pobreza, incertidumbre política, inequidad, deterioro ambiental y desigualdad… nos alienta la esperanza de un cambio integral a partir de nuestra fe, de la familia y de una educación con valores humanos y cristianos”.

Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.Información Excelsior.com.mx