Por Francisco Garfias
De nada valieron las amenazas, ni la instrucción de Dante Delgado a los diputados del Movimiento Ciudadano de votar abstención en la elección del auditor superior de la Federación.
Tampoco fue de utilidad la orden que el político veracruzano le dio a los veinte diputados de ese grupo parlamentario de tomarle una fotografía al voto para probar que acataron la orden.
Fue inútil la “línea” de Ricardo Anaya a legisladores del PAN, PRD y MC para impedir que se eligiera, con tres meses de retraso, al hombre que encabezará por ocho años —con posibilidad de reelección— la tarea de detectar desvíos en el gasto público y solicitar acción penal cuando los casos lo ameriten.
Lo que al joven maravilla le convenía —secuestrar la elección del auditor hasta después de las elecciones— le importó un comino a varios legisladores del PRD, del MC y del PAN, sobre todo a los que están identificados con Rafael Moreno Valle.
En el amarillo, nadie le siguió el juego a Guadalupe Acosta Naranjo, quien andaba de “queda bien” con Anaya y quería dejar constancia. El diputado galileo fue el único que solicitó la palabra para manifestar su inconformidad porque la elección del auditor se realizó sin debate.
Pero lo hizo a destiempo. Después de que conoció el inapelable resultado de la votación en el Pleno.
Fueron inútiles las observaciones que al interior del grupo parlamentario del PRD ejerció el querido Agustín Basave, quien, según testigos, era el “vocero más activo” del panista en todo el Palacio Legislativo.
Las observaciones de las dizque organizaciones de la sociedad civil, que quieren legislar desde fuera del Congreso y dictar lineamientos desde que se sienten empoderadas, fueron ignoradas.
Nada impidió que el economista David Colmenares Páramo, un oaxaqueño de 66 años, consultor y asesor de gobiernos estatales, exsecretario de finanzas de su estado, académico, articulista, fuese elegido nuevo auditor.
Se requería una mayoría calificada. La obtuvo. 377 diputados votaron por el ahora auditor. Sólo cinco por Salim Orci, delfín del exauditor Juan Manuel Portal; y cero por una tercera opción.
Hubo 64 votos nulos de los diputados que obedecieron la línea de Anaya y se inclinaron por la reposición de todo el proceso, con el argumento de que “no podían hacerle el juego al PRI-gobierno” que, hoy por hoy, nada tiene que ver con Colmenares.
Fue la rebelión entre los diputados del Frente la que hizo posible la mayoría calificada y, por lo mismo, la elección del nuevo auditor.
Desde la noche anterior, David tenía amarrados los votos del PRI, Morena, PVEM, Nueva Alianza y PES. Faltaban veinte diputados para alcanzar la mayoría calificada (dos tercios de los presentes). Siguió el intenso cabildeo, el jaloneo, las llamadas de fuera.
Poco a poco se fue configurando la realidad.
El oaxaqueño esperaba pacientemente, en el restaurante de la Cámara, a que los diputados terminaran la votación por cédula (secreta).
Muchos se acercaron a su mesa a felicitarlo antes de que se conociera la votación. Algo así como un “besamanos” anticipado.
A las cuatro de la tarde rendía protesta como nuevo auditor.
¿Y que es la ASF?
Transcribo de la página web de este órgano fiscalizado:
“La Auditoría Superior de la Federación (ASF) es el órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados, dotado de autonomía técnica y de gestión.
“Se encarga de fiscalizar el uso de los recursos públicos federales en los tres Poderes de la Unión; los órganos constitucionales autónomos; los estados y municipios.
“Y en general cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales”.
La postura de Dante Delgado no es comprensible bajo ningún punto de vista. Colmenares no parecía tener la menor oportunidad.
La diputada del MC, Claudia Corichi, secretaria de la Comisión de Vigilancia, empezó a mover la idea y poco a poco se convirtió en el alma de la candidatura del oaxaqueño.
La legisladora zacatecana no cayó en desánimo después del fracaso de diciembre de 2017.
En lugar de cruzarse de brazos, invirtió tiempo, esfuerzo, talento, relaciones, energía, para lograr su propósito.
Desafió la ira del mero mero del MC. “Ojalá salga por el bien de México”, repetía antes de la votación. Y ganó su apuesta.
“Claudia es el corazón de todo esto”, nos dijo, emocionado, el propio Colmenares.
Ya encarrerado aseveró que su propósito es separar la Auditoría Superior de la política. “No me atreveré a cacerías de brujas, ni exoneraré por instrucciones de nadie.
“No veré hacia atrás, sino hacia delante”, resumió.
No fue el día de Miguel Mancera. Le granizó en casa y fuera.
Alejandra Barrales, candidata del Frente a sucederlo, se deslindó sutilmente de él.
“Estoy aquí para regresarle a la gente la seguridad y la tranquilidad de caminar por las calles de esta ciudad. En mi gobierno no vamos a permitir que ningún funcionario público haga mal uso de los recursos de la gente de esta ciudad…”.
Mikel Arriola, candidato simpatizante del PRI al mismo cargo, le tupió después de hacer un recorrido por el Metrobús de la Línea 7, que recorre Reforma.
Dice que detectó por lo menos siete fallas de planeación, sobrecostos y negocio millonario con la publicidad.
“Pierden los pasajeros, los ciclistas y los automovilistas. Gana la empresa de publicidad que incrementó sus espacios en casi 800 por ciento.
Y eso que no ha revisado las fotomultas. Espérense…
Información Excelsior.com.mx