Por Eduardo Ruiz-Healy
“Hablamos de la necesidad de ampliar el número de visas de trabajo temporal para México, Centroamérica. Esto se aceptó, se va a aumentar considerablemente el número de visas de trabajo (…) Hablamos de que se regularice la situación de nuestros paisanos migrantes (…) Es un momento importante y decisivo para llevar a cabo un plan laboral migratorio…”.
Eso es parte de lo que dijo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia de prensa.
Sobre este asunto, el presidente Joe Biden dijo esto al recibirlo el martes en la Casa Blanca: “El año pasado, mi administración estableció un récord. Emitimos más de 300 000 visas H-2 para trabajadores mexicanos. También alcanzamos un máximo de cinco años en las visas que emitimos a los centroamericanos, y estamos en camino de duplicar esto (…) este año fiscal para América Central”.
De acuerdo con los departamentos de Estado y del Trabajo de Estados Unidos, en el año fiscal 2021, que empezó el 1 de octubre de 2020 y concluyó el 30 de septiembre de 2021, se entregaron 299 845 visas temporales o estacionales a mexicanos. De estas, 239 845 fueron visas H2A para trabajadores agrícolas y unas 60 000 H2B para trabajadores no agrícolas.
Las dos visas tienen un año o menos de validez, dependiendo de cada caso, y pueden extenderse hasta un máximo de tres. Al vencerse, el trabajador debe regresar a su país de origen.
A diferencia de la H2A, que es solicitada por el trabajador, la H2B es solicitada por la empresa que contratará al trabajador.
En lo que se refiere a las visas H2A y H2B para centroamericanos, en el año fiscal 2021 se autorizaron 6000 para guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, que de acuerdo con Biden es la mayor cantidad en cinco años y este año serán unas 12 000, un aumento considerable que en realidad no sirve de mucho para satisfacer la demanda laboral de las decenas de miles de personas que diariamente huyen de la violencia, la pobreza, la sequía y otras cosas que han arruinado sus vidas.
Lograr lo que pide Andrés Manuel no será nada fácil para Biden debido a que cambiar las leyes migratorias y los programas de trabajadores temporales depende en gran medida de que el congreso de su país apruebe nuevas leyes o reforme las vigentes, algo que no ocurrirá mientras los republicanos en el Senado cuenten con los votos necesarios para frenar cualquier iniciativa que les mande el presidente.
Por ejemplo, el Congreso debe autorizar los cambios a los principales aspectos de los programas de trabajadores temporales, el máximo de visas que pueden entregarse cada año y los sueldos que pueden pagarse a estos trabajadores, si bien Biden puede cambiar algunas regulaciones, siempre y cuando se apegue a las leyes.
Así que en cuanto a lo que dijo AMLO de “aumentar considerablemente el número de visas”, dependerá de los límites que la ley le impone al presidente de EEUU. Lo que de ninguna manera será posible es que se “regularice la situación de nuestros paisanos migrantes” y se logre “llevar a cabo un plan laboral migratorio” porque para eso se necesitará de la aprobación de un Congreso que los legisladores del Partido Demócrata de Biden no controlan hoy ni controlarán después de las elecciones de noviembre de este año.
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