Por Enrique Aranda
La explícita afirmación ayer del obsequioso (sub)secretario de Salud en funciones, Hugo López-Gatell, de que la crisis por el coronavirus (COVID-19) podría prolongarse durante al menos las doce próximas semanas constituyó, a decir de expertos financieros y analistas, una suerte de anuncio de “exequias adelantadas” a la esperanza de que, aunque de manera incipiente, la economía nacional cierre 2020 con crecimiento.
Porque a la vista de la compleja situación económica prevaleciente a nivel mundial a causa de la epidemia sanitaria y la “guerra” por el control del mercado petrolero que libran Rusia y Arabia Saudita, la negativa previsión de especialistas para México no debe sorprender a nadie. Menos, cuando de sobra se sabe del errático manejo de las finanzas públicas y la falta de estrategias claras para enfrentar el actual momento, amén de los pobres niveles de inversión pública y/o privada, la desconfianza existente en el sector empresarial, la caída en la generación de empleos o, entre otras muchas cosas, la falta de políticas concretas para ayudar a las empresas pequeñas y medianas responsables de la generación del 90-92% del empleo nacional para enfrentar la situación.
Es verdad que, como bien señalan voceros oficiales, buena parte de los aspectos señalados no son producto exclusivo de decisiones asumidas por la administración federal, también lo es que el efecto de la situación mundial, como en otras muchas naciones, está siendo devastador en los mercados bursátiles y cambiarios, por ejemplo, pero, a fuerza de ser claros, todo ello no exime a la autoridad de actuar para tratar de paliar al menos efectos negativos que, más pronto que tarde, desgraciadamente, alcanzarán a la economía de las familias, a todas.
Por ello, porque toca al gobierno definir una estrategia general de contención de una crisis económica mayor, es que es válido insistir en la urgencia de que la ofrecida participación directa y comprometida de organismos y especialistas del sector privado nacional —más allá de los grandes capitales compradores de cachitos, diría alguno— para definir si el rumbo y las acciones a tomar y, sobre todo, para avanzar en su implementación.
ASTERISCOS
* A más de uno, por cierto, llamó la atención el prolongado diálogo que, rodeados de no acompañantes, sostuvieron ayer en céntrico desayunadero el protagónico expanista Ricardo Sheffield, titular de Profeco y moreno (de ocasión) como muchos, con el apenas reelecto presidente de Concamin, la cúpula industria del sector privado, Francisco Cervantes Díaz.
* A la vista del agravamiento de la crisis económica, cobra relevancia el último reporte sobre crecimiento a nivel estatal dado a conocer por el Inegi, de Julio Santaella, según el cual Aguascalientes avanzó 5% promedio anual en la última década, Baja California Sur 4.8%, Querétaro 4.2% al igual que Quintana Roo y Guanajuato, gobernados todos por panistas.
* Más necesaria que nunca, ahora que la CNDH fue “ocupada” de forma ilegal e impuesta al frente de ella la impreparada morena Rosario Piedra Ibarra, la Comisión Mexicana de Derechos Humanos (CMDH), que lidera el doctor Abel Flores, inició los festejos por el 32 aniversario de su fundación. Enhorabuena.
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx