Por, Ángel Verdugo
Es de sorprender la cantidad de frivolidades que suelen expresar nuestros políticos; más aún, cuando les entra el aire que les echan los que se divierten cilindréandolos, al decirles que son modernos y están llamados a ser, émulos versión Conasupo de Emmanuel Macron.
Hace unas semanas, al anunciar que no buscaría la candidatura independiente, el Dr. Jorge Castañeda habló maravillas del joven senador por el Estado de Guerrero, Armando Ríos, conocido como El Jaguar.
A raíz de ese juicio que, al venir de alguien como el Dr. Castañeda no pocos lo toman como una verdad axiomática, el favorecido empezó, como decimos coloquialmente, a dejar que le entrara el aire. Hoy es uno más de los que no dejan templete sentido, y no hay tema que se le vaya vivo.
En su favor, antes de continuar, debo decir que él no es el único que gusta de opinar de todo; hacerlo es, me atrevería a afirmar, la característica que mejor identifica a la clase política mexicana. Desconozco si esa conducta de los nuestros está extendida —y profundamente arraigada— en el resto de América Latina. Es posible que lo esté; sin embargo, reconozco no tener elementos que me permitirían afirmarlo de manera irrefutable.
Sigamos pues con nuestro senador, mejor conocido como El Jaguar, frente al exceso de algunos por ver en él, el Macron mexicano. Ante el despropósito evidente, ya aclaró que él es, sólo El Macarrón mexicano.
En los días que corren pues, nuestro aspirante a la Presidencia por la vía independiente no tiene ciencia aborrecida; no hay tema que se le resista pues a la menor provocación, la sabiduría brota de sus labios. Cito dos tuits recientes de El Macarrón mexicano, que bien ilustran su afán de opinar de todo, no siempre con tino.
NUEVO #TLCAN (1) debe garantizar derechos laborales, mejores salarios, movilidad de trabajadores.
NUEVO #TLCAN (2) …También debería proteger el Medio Ambiente, incluir cláusula sobre Derechos Humanos y capítulo vs. Corrupción.
Al leer con cuidado lo escrito por él, surgen varias preguntas que conviene plantear. ¿Dónde estudió economía el senador Ríos? ¿En verdad piensa que la obtención de mejores salarios —cualquier cosa que eso signifique en el México actual y en el de los próximos años—, puede hacerse realidad mediante un Tratado de Libre Comercio? ¿Y la realidad económica, dónde la deja? ¿En los anexos del Tratado?
Por otra parte, eso de que debe garantizar derechos laborales, ¿con la misma Ley Federal del Trabajo, y sin modificar el Artículo 123 de la Constitución? ¿Y con el mismo personal en las Juntas y su corrupción sempiterna? ¿También nos traería personal de Estados Unidos y Canadá, para ocupar las posiciones clave en ellas?
Pero lo mejor, es lo de la movilidad de los trabajadores; ¿a qué se refiere? ¿Acaso en México no pueden ir y venir, de acuerdo con la demanda en una u otra región del país? ¿Pretende que los trabajadores circulen libremente en los tres países? ¿Podría aclarar un poco eso de Los Trabajadores? ¿Serían los que trabajan, así de fácil?
Pero lo más ridículo es esto: capítulo vs. Corrupción. ¿Ya se dio por vencido, senador? ¿Y los esfuerzos casi titánicos de un grupo de luminarias donde destacan el Dr. Pardinas, el maestro Kaiser (¿Ya regresó de Viena?), y un actor de apellido Luna, dónde quedaron?
Ante la incontinencia verbal del senador Ríos, va una opinión no pedida: Si guardare silencio y no dijere tanta tontería, posiblemente le iría mejor en su sueño guajiro. Información Excelsior.com.mx