Por Enrique Aranda
Antes, mucho, de lo que la gran mayoría pudimos haber imaginado, tras el cordial y supuestamente provechoso encuentro sostenido por el virtual Presidente electo y el presidente Enrique Peña Nieto, dos días después apenas del avasallador triunfo del primero, Andrés Manuel López Obrador comienza a mostrar ahora el peor de sus rostros, el de la intolerancia ante la crítica o, como es el caso, el señalamiento de conductas, supuestamente, ilegales por parte de él o los suyos.
La agresiva respuesta que de su parte mereció la decisión del Instituto Nacional Electoral, de Lorenzo Córdova Vianello, de imponer una multa millonaria, 197 millones de pesos, a Movimiento Regeneración Nacional (Morena) por la comisión de supuestos ilícitos, vía el manejo del fideicomiso constituido para apoyar a los damnificados por los sismos de septiembre, evidenció lo dicho y, peor, puso en serio riesgo un proceso de transición terso y ordenado del que mucho se espera no sólo en el ámbito estrictamente político, sino también, a fuerza de ser sinceros, en prácticamente todos los sectores: Económico y empresarial, eclesiástico, universitario, laboral, etcétera.
Hablar de “vil venganza” por parte del Instituto electoral y sus consejeros cuando éstos fueron los primeros garantes de su indiscutible triunfo en las urnas o, utilizando un lenguaje que parecía había ya dejado atrás —“es un complot entre el INE y Hacienda ante el que no vamos a callar…”—, al tiempo que sus representantes en prácticamente todas las áreas negocian con las autoridades federales en turno, parece innecesario e, insistamos, poco esperanzador.
Qué bueno, entonces, que los representantes del tabasqueño, su partido y fideicomiso impugnaron ya ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que preside Janine Otálora, la multimillonaria sanción recibida por presuntas irregularidades en la operación del fideicomiso de marras. Qué bien que, más allá de la guerra de declaraciones entre las partes, se opte por recurrir a la vía legal para esclarecer lo que proceda, ratificar y/o, eventualmente, rectificar lo que sea necesario, de manera tal que, al final, cada uno de los involucrados acepte lo que le corresponda y actúe en consecuencia.
Eso y no menos es lo que México requiere ahora por parte de sus políticos y/o gobernantes, de sus autoridades en todos los ámbitos para, en medio del más complejo y, sin duda, trascendente de los cambios: Legalidad asumida para salir adelante, y cada uno desde su particular trinchera y postura, unidos…
ASTERISCOS
* No concluye aún el proceso que acabará llevando a uno, Mauricio Kuri, al Senado, y de éste a la Cámara de Diputados a otra, Marcela Torres Peimbert, y ambos trabajan ya en lo que estiman será “el camino que los llevará al Palacio de Gobierno de Querétaro… el primero, de la mano de su jefe y promotor, el actual gobernador Francisco Pancho Domínguez, y ella, ¡sorpresas que da la vida…!, del derrotado Ricardo Anaya…
* En suspenso aún el futuro del otrora partido representante de las izquierdas, el de la Revolución Democrática (PRD), hoy en franca decadencia; no son pocos quienes apuestan a que, en su momento, la lista de los sepultureros del mismo incluirá, en lugar destacado, tanto a Alternativa Democrática Nacional (ADN), la tribu que lidera el mexiquense Héctor Bautista, como al principal representante de la misma, Juan Zepeda.
* En lo que parece ser una primera respuesta a la pérdida de registro por parte de Nueva Alianza, el partido al que dio vida la maestra Elba Esther Gordillo, en proceso de reivindicación política ahora por parte del lopezobradorismo moreno, el nieto de ésta, René Fujiwara, líder de las Redes Sociales Progresistas (RSP) alineadas con el tabasqueño, apuesta a convertir éstas en “el nuevo partido del magisterio”. ¿Será?…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueAranda
Información Excelsior.com.mx