A nivel estatal no hay casos de desapariciones forzadas, pero si casos en donde las personas se van voluntariamente o se desconoce su paradero, señaló Noemí Mena Tello, titular de la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro y Búsqueda de personas de la Fiscalía General del Estado.
La funcionaria señaló que la mayoría de los casos de las desapariciones se trata de personas adictas a las bebidas embriagantes y sus familiares presentan las denuncias para ver si pueden ser localizados, ya que desde hace tiempo perdieron contacto con ellos.
Otra situación similar es cuando los pescadores caen al mar y sus cuerpos no aparecen, o cuando los familiares de los migrantes a Estados Unidos no vuelven a saber de ellos. En ambos casos las denuncias se presentan porque hay que esperar un término legal –de 5 años- para declarar muerta a una persona y poder realizar trámites ante otras autoridades civiles para poner en regla documentos, bienes y otros papeles, enfatizó.
¿Qué es desaparición forzada?
Es cuando la persona es víctima de la delincuencia organizada –ya sea secuestro o un “levantón” con fines criminales-. “En Yucatán hay personas desaparecidas, pero son de forma voluntaria y no víctimas del crimen organizado”.
En los últimos cinco años, se han dado dos desapariciones forzadas en Yucatán. La primera fue el 21 de mayo de 2013 y se trató del secuestro de Diego M. S, de 22 años de edad, quien asistió a una fiesta en un predio del barrio de Bacalar, en Valladolid, donde conoció a una muchacha rubia y tatuada, quien resultó ser María Fernanda P. A. (a) “Saraí”, utilizada solo como “gancho” y con quien se retiró en los primeros minutos del miércoles 22 a bordo del vehículo Altima del joven, estudiante de Gastronomía en la Universidad Modelo.
Apenas avanzaron unas cuadras, fueron interceptados por tres sujetos de aspecto fuereño, uno de ellos de complexión gruesa y el otro calvo, quienes sometieron a Diego y lo llevaron a una casa de seguridad en la calle 14 entre 19 y 21 del fraccionamiento San Isidro, donde lo mantuvieron secuestrado.
Los plagiarios llamaron a los padres del joven para pedir la cantidad de tres millones de pesos de rescate, ya que el joven es hijo del empresario Alberto Mena Sánchez, propietario de la joyería “Yeraldine”, en Valladolid. Sin embargo, Diego Mena pudo escapar de sus captores y pedir ayuda a las autoridades.
Los plagiarios fueron detenidos en Cancún, pues pertenecían a una banda de secuestradores que operaba en Quintana Roo.
El otro caso sucedió aproximadamente a las 20 horas del 16 de marzo de 2016, cuando los adolescentes A.C.A. y R.V.G. interceptaron a su víctima, la septuagenaria Margarita O.J. viuda de Dogre en las afueras del casino “Life” en Plaza Galerías, en el norte de la ciudad, la subieron a su propio vehículo y circularon con ella dos horas por diversas calles de Mérida, lapso en el que la amordazaron, taparon los ojos con una cinta y esposaron.
La llevaron al motel “Recinto Real”, ubicado en el km 28 del Periférico de esta ciudad, donde la amenazaron con matarla si su familia no cooperaba, pidiendo una suma por su rescate.
La detención de los jóvenes se dio en sitios diferentes, ya que uno de ellos fue arrestado cuando intentaba huir del lugar donde tenían retenida a la víctima, y el otro en una clínica de esta ciudad, ya que la agraviada pudo escuchar, durante el tiempo que estuvo con sus captores, que uno iría a una consulta. Información Sipse.com