Por Francisco Garfias
El Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) es uno de los organismos autónomos que AMLO tiene en la mira.
El Presidente de la República ya dio membresía a los comisionados del Instituto en el exclusivo club de la “burocracia dorada”.
Ha dicho que ganan 250 mil pesos mensuales —lo que desmiente el Inai— por hacer “nada”.
Les bajó 21% su presupuesto —aunque esperaban un recorte más amplio— y, nos dicen, su gobierno quiere imponer a un “consejero carnal” en lugar del recién fallecido Carlos Bonnin.
Voceros oficiosos del Instituto aseguran que Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia, hombre poderoso en la 4ª Transformación, cabildea en favor del investigador Ernesto Villanueva para ocupar la vacante. Lo acompaña en esa labor la titular de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, nos dicen.
Pero en el Inai fruncieron el ceño al enterarse de las intenciones del gobierno de apoyar a este hombre, vía la aplanadora de Morena en el Senado, para que sea comisionado.
Saben que los va a dividir e intuyen que va a intentar tapar los hoyos que deje la 4ª Transformación en materia de transparencia. Lo describen como un hombre temperamental, que se considera campeón en la lucha contra la corrupción y que, en palabras de Carlos Marín, citadas por el periodista Francisco Gómez Maza, “es un granuja calumniador…”.
Nos recuerdan que es el mismo que acusó a Diego Valadés de querer matarlo en un atentado, sin presentar una sola prueba. Alegó que era una venganza de Valadés por haber publicado lo que resultó otra falsedad: que tiene relaciones con el Cártel de Juárez.
Es el mismo que dijo que el doctor José Narro Robles no tenía las credenciales para ser rector de la UNAM.
El mismo que acusó al ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, de plagio de tesis.
Hay quien sostiene que la idea de llevarlo al Inai es con la intención de deponer al actual comisionado presidente, Francisco Acuña Llamas, quien no es del gusto del actual gobierno.
En el Inai sostienen que lo ideal es que una mujer llegue a suplir a Bonnin. “Se la debemos”, dicen.
Los comisionados cuentan con los votos de la oposición en el Senado para impedir que Villanueva, si se cuela, obtenga la mayoría calificada que se requiere (dos tercios de los presentes) para elegir al suplente de Bonnin.
Acuña, por cierto, ha tenido la osadía de contradecir a AMLO en cuanto al salario que ganan los comisionados y la supuesta “inutilidad” del Inai.
Pero también hacer hincapié en la pasividad de las autoridades de la 4ª T, de cara al escándalo de Odebrecht.
A 67 días de la llegada de López Obrador a Palacio Nacional, no se ha reabierto el caso. “Ahora le toca a él demostrar”, puntualiza la fuente.
El pasado 2 de octubre, el Inai dio la instrucción de abrir la carpeta de averiguación del escandaloso caso que nos coloca en el podio de la impunidad.
El gobierno de Peña fue omiso. Alegó que Brasil no ha enviado la información, cosa que Odebrecht desmintió. El de AMLO no quiere voltear al pasado. Tampoco ha abierto la carpeta.
En el extranjero siguen con lupa los movimientos financieros que hace el gobierno de México. La mañana de ayer, El Financiero dio cuenta de que el gasto cayó 25% en su primer mes de gobierno.
Horas después teníamos en el correo electrónico de Arsenal un análisis de Grupo Eurasia, líder mundial en consultoría sobre riesgos políticos para los inversionistas, sobre el tema.
Dice el reporte que la alta disminución probablemente
refleja el hecho de que el nuevo equipo no tenía experiencia y que estaban tratando, desesperadamente, de encontrar ahorros para pagar los programas de gastos de López Obrador.
“Los primeros meses de 2019 probablemente presentarán una imagen similar a medida que la administración se asiente y continúen los esfuerzos de ahorro.
“Pero el gasto aumentará más adelante, una vez que la idea de impulsar los planes de desarrollo social y de infraestructura de López Obrador comiencen a ganar fuerza.
“Los retrasos podrían significar que el deterioro de las cuentas fiscales sea más evidente a fines de este año o en el próximo año”, puntualiza.
Pregunta al presidente López Obrador en la mañanera de ayer, relacionada con el reto que le lanzó Calderón de debatir los ingresos de cada uno, luego de que el Presidente en funciones calificara de “corrupción” el hecho de que el panista que desapareció el SME se contratara con una empresa extranjera vinculada con la industria eléctrica.
-¿Y si (Felipe Calderón) llegara aquí, a la mañanera, y se sentara como Nino Canún, acá atrás, y le dieran la palabra?
Respuesta:
-Ustedes tendrían que tener cuidado… pero no, no, no, no. Yo lo único que dije es que expresidentes, porque también Zedillo lo hizo, no se vieron bien. No es ético.
“Zedillo promueve la privatización de los ferrocarriles y termina su mandato y se va a trabajar de asesor a una de las empresas que se beneficiaron con la privatización de los ferrocarriles nacionales.
“Se rescata a los bancos con el Fobaproa y también trabaja en uno de los bancos rescatados.
“En el caso de Felipe Calderón, tiene relaciones con las empresas extranjeras, como una empresa que no voy a mencionar su nombre, termina su mandato y se va de consejero de esa empresa.
“¿Está bien eso?, les pregunto a ustedes. No.
“Entonces, para que no vuelva a pasar y que no se moleste, que no se disguste, le ofrezco disculpas, pero se les pasó la mano…
“Un Presidente tiene toda la información estratégica del país, por su cargo, establece relaciones. Entonces, si no es ilegal, es inmoral”. Información Excelsior.com.mx
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