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Escapar al destino

Por Clara Scherer

Muchas mujeres lo están logrando. Escapar a esos tristes y estúpidos papeles de víctima, sicópata, esposa o mujer fatal. Los costos están siendo altísimos. Abril y muchísimas otras ya no viven para contarlo; María Elena, la saxofonista oaxaqueña, los padece minuto a minuto, maltratada con crueldad inconcebible y ejemplarizante. La cobardía masculina de ¿algunos?, entrampada en su violencia y en su complicidad para seguir creyéndose ¿superiores? Complicidad con otros que han arrebatado y suplantado cargos de “autoridad”.

Rita Segato: “los hombres deben entrar en las luchas contra el patriarcado, pero no deben hacerlo por nosotras y para protegernos del sufrimiento que la violencia de género nos inflige, sino por ellos mismos, para liberarse del mandato de la masculinidad, que los lleva a la muerte prematura en muchos casos y a una dolorosa secuencia de probaciones de por vida”. 32 mil 565 víctimas de homicidio, 933 feminicidios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. La mayoría, jóvenes.

Tana French: “Necesitamos los dos ángulos si pretendemos cambiar el papel que juegan las mujeres. No podemos obviar la discriminación que sufren, pero hay que tener claro que las mujeres antes de nada son personas y que las situaciones que afrontan a menudo están definidas por lo que son como individuos y no sólo por su condición de género”.

Lo mismo podemos decir de los hombres. Y ante los que afirman ser feministas, Andrés Montero les dice: “Si un hombre, probablemente en contacto con el feminismo, hubiera tomado la consciencia suficiente del modelo social en que ha sido educado y de su rol en el sistema patriarcal; si tras la consciencia hubiera profundizado en la teoría feminista; si tras la profundización hubiera efectuado un ejercicio introspectivo y correctivo constante de desarraigo de esos modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar sobre las mujeres; y si además aplicara en su comportamiento habitual rutinas activas de acción igualitaria… si todos estos condicionales se dieran, tal vez tendríamos a un hombre que se aproxima a “estar” en el feminismo. No obstante, estar del todo en el feminismo requiere todavía algo más”.

http://www.mujeresenred.net/spip.php?article2337

Poner en el centro del debate a las familias (instituciones sociales mutables) y sus “pautas educativas” (basadas en estereotipos rígidos y discriminatorios) sería también ir “a las causas de la violencia”. Ana Laura Magaloni: “La violencia intrafamiliar es recurrente y normalizada. Los golpes, los asaltos y las riñas son parte del paisaje cotidiano. Todo ello gesta un orden social en donde el más violento manda sobre los demás”. Y muchas familias acatan las órdenes del más violento, lo admiran, lo protegen.

“Para frenar las dinámicas sociales propias de un orden violento se necesita dar acceso a la justicia a los que nunca lo han tenido. Es decir, hacer que las personas que no tienen dinero, poder o influencias puedan defenderse jurídicamente frente al abuso y atropello de otros. Algo tan simple como que la ley los proteja”. Ni duda, está hablando de niñas, niños y mujeres, además de personas en situaciones de precariedad. Y también, se requiere y con urgencia, educación en igualdad, tanto en las escuelas como en los medios de comunicación.

Mujeres Creando, organización boliviana, ha hecho del grafiti, una de las formas en las que toman el espacio público para manifestarse, expresarse y alentar a que las personas abran los ojos: “Entre machos y fachos, el país se va al tacho” y se han preguntado por los deseos de la Virgen. Han publicado libros como Soy lo prohibido.

Desde 2011, cuando a tres mujeres se les otorgó el Nobel de la Paz, “por su lucha no violenta, por la seguridad de las mujeres y su derecho a participar plenamente en la construcción de la paz”, Ellen Johnson-Sirleaf, presidenta de Liberia, Leymah Gbowee, activista pro derechos humanos liberiana, y la yemení Tawakkul Karman, quedó claro que: “No podemos alcanzar la democracia y la paz duradera en el mundo si las mujeres no obtienen las mismas oportunidades que los hombres para influir en el desarrollo de todos los niveles de la sociedad”. Urge que muchos más hombres decidan escapar a su destino.Información Excelsior.com.mx

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