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Lejos han quedado, en la memoria, los días del partido Convergencia.
De haber iniciado como parte de la denominada chiquillada, Movimiento Ciudadano ahora se ha convertido en un actor clave en la política mexicana: en una bisagra con la capacidad de abrir y cerrar portones.
Y esos portones no necesariamente son a otros partidos políticos, como anhelarían Morena y el PRIANRD, sino a la ciudadanía misma que ha quedado atrapada en la pugna de dos caballos por los que no necesariamente apuesta.
Hay muchas personas que votaron por Andrés Manuel López Obrador en 2018 y que han quedado, por diversas razones, decepcionadas por este Gobierno o que no se sienten representadas por alguna de las 6 corcholatas para suceder al tabasqueño en el Ejecutivo.
Pero eso no significa que ellas, y hablamos de millones de almas, quieran sufragar por el PRI o el PAN. Quizá hasta sientan náuseas o vértigo al pensar en marcar la boleta por algunos de esos partidos a los que, hace 5 años, vieron felizmente perder y hasta soñaron con verlos desaparecer.
Nadie quiere estar atrapado entre dos espadas… o dos muros que se cierran sin salida.
No me gustó AMLO, pero tampoco quiero regresar a los tiempos de Fox, Peña y Calderón. Piensan muchas personas. No queremos estar junto a Bartlett u Ovalle. Pero tampoco militar junto a ‘Alito’ y Marko Cortés. Agregan en sus mentes.
Por ello, es sensata la idea de que el partido naranja vaya por su cuenta en el 2024. Que sea una auténtica tercera vía y una alternativa viable para la ciudadanía ante una política cada vez más polarizada.
Hay que hacer eco, énfasis, en esto de la polarización. Pues ya es emocionalmente agotador estar expuesto ante nuestra discusión publica cada vez más degradada y denigrada. Puro insulto, descalificación y mentiras de ambos lados. Se acusa a AMLO de polarizar al país, pero el PAN y el PRI son igualmente responsables de ello. No olvidar la campaña de miedo en 2006 sobre los peligros para México.
Ergo, ante este yermo político en el que nos encontramos, carente de ideas y enfermo de vicios, resulta sano tener una tercera opción. Un portón más por el cual optar.
En Estados Unidos mucha gente está harta de los republicanos y los demócratas; de hecho, hay muchas voces que claman por terminar con su sistema bipartidista, que sólo ha abonado a la enorme polarización que tienen.
De este lado de la frontera, tenemos la oportunidad de evitar eso. Y contar con alternativas. No todos quieren estar atrapados en una guerra de lodo y estiércol.
No todos quieren votar por el obradorismo, pero tampoco a favor de un Frente que no tiene proyecto, sólo volver a un pasado que tampoco funcionó.
P.D. Por cierto, parece que el INE ya se puso las pilas, al menos momentáneamente… y en Palacio no va a gustar.
Información Radio Fórmula