Por Pascal Beltrán del Río
Bernard Baruch fue un inversionista y financiero estadunidense que, después de hacer mucho dinero, se dedicó a ser consultor político. Entre quienes aconsejó estuvieron los presidentes Woodrow Wilson y Franklin Roosevelt.
El 19 de abril de 1947, cuando tenía 76 años de edad, Baruch fue invitado por la Legislatura de Carolina del Sur, su estado natal, para dar un discurso con motivo de la develación de su retrato. Los asistentes esperaban que pronunciara unas pocas palabras, sólo para la ocasión. Sin embargo, lo que dijo se convertiría en un clásico de la ciencia política.
“No nos dejemos engañar ‒afirmó Baruch‒, nos encontramos hoy inmersos en una guerra fría. A nuestros enemigos los encontraremos en el extranjero, pero también aquí en casa. Nunca lo olvidemos: Nuestro reposo es el corazón de su éxito”.
El término “guerra fría” se acuñó ese día. Los periódicos y revistas estadunidenses lo hicieron suyo como una descripción precisa de la situación entre Estados Unidos y la Unión Soviética: una confrontación sin combate ni derramamiento de sangre, pero confrontación al fin.
La Guerra Fría, ya con mayúsculas, duraría más de cuatro décadas. Se caracterizó por ser una era de tensión en la que las superpotencias estuvieron al borde de un enfrentamiento con armas nucleares y lo único que las hacía abstenerse de apretar el botón era la posibilidad de un aniquilamiento recíproco.
Al final, la carrera armamentista la ganó EU, cuya economía estaba mejor equipada para sostener la competencia. Con la caída del Muro de Berlín, en 1989, y la desaparición de la URSS, en 1991, la Guerra Fría llegó a su fin.
Hoy comienza a hablarse de una segunda Guerra Fría, cuyos protagonistas son EU y China. El concepto ha sido popularizado por el historiador de origen escocés Niall Ferguson, reconocido experto en geopolítica y la economía mundial, autor de libros como Civilización (2011), que busca responder a la pregunta de por qué un puñado de naciones de Europa occidental llegó a dominar el mundo a partir del siglo XVI, así como una biografía de Henry Kissinger y la historia de la dinastía Rothschild. “Creo que estamos en la Guerra Fría II”, dijo Ferguson al diario The Japan Times en febrero pasado. “Estados Unidos y China son rivales geopolíticos obvios, China se ha embarcado en un programa armamentista dirigido contra las capacidades navales estadunidenses. Ha incurrido en ataques cibernéticos contra EU, pero también contra sus rivales. China se ha vuelto mucho más hostil contra Occidente de lo que eran sus líderes de generaciones previas.
“La Guerra Fría original era sobre geopolítica e ideología y rivalidad económica, y ésta también lo es. La Guerra Fría era también competencia tecnológica. Estados Unidos lideró y la Unión Soviética trató de alcanzarlo en la carrera espacial y un conjunto de cosas. De la misma manera, China está tratando de alcanzar a Estados Unidos en inteligencia artificial y computación cuántica”.
En una entrevista para El País, el historiador llevó el tema de la “nueva Guerra Fría” a los ámbitos de la elección presidencial estadunidense. Reconoció a Donald Trump por haber identificado el reto de China y haber actuado para contenerlo. “Trump ha acertado en evitar que China tome las redes 5G del mundo. Ha acertado en presionar a China por Xinjiang, Hong Kong y Taiwán”. Pero la historia ha mostrado, agregó, que Estados Unidos tuvo que respaldarse en sus aliados para ganar la Guerra Fría, mientras que Trump cree que su país no necesita ayuda y puede triunfar solo.
Convencido de que la elección del 3 de noviembre la ganará Joe Biden –el candidato más “anciano y débil” que los demócratas pudieron encontrar, ironiza–, Ferguson cree que China no tardará en lanzar un reto al nuevo Presidente.
“Podría ver un escenario en que la administración Biden llega al poder lista para hacer todo tipo de gastos en servicios sociales (…) y se encuentra en una crisis sobre Taiwán. Creo que China va a forzar ese tema en algún momento”.
¿Quién puede asegurar, si de verdad estamos en una nueva Guerra Fría, que esta vez también ganará EU? Una cosa es segura: el liderazgo estadunidense no es el de antes y la economía china no es la de la Unión Soviética. Información Excelsior.com.mx