Por Yuriria Sierra
En México (desde siempre, pero peor ahora), el reflector apunta casi siempre, de manera muy limitada, en una sola dirección la mayoría del tiempo. Sin embargo, la costumbre de la mañanera, en la que, a últimas fechas, poco se dice, ha quedado a un lado ante la coyuntura de la emergencia sanitaria. El momento ha revelado que, aunque necesario el mensaje desde Palacio Nacional, por fortuna no es la única visión con la que operan las instituciones. Lo hemos dicho aquí en un par de ocasiones, vale la pena subrayarlo, porque, ante la inminente llegada de momentos más álgidos en la pandemia, tenemos que confiar en decisiones que velen por nuestro bienestar, no sólo en términos de salud, sino en otros aspectos del funcionamiento del Estado.
La noche del lunes, en esa conferencia que sí merecía una cadena nacional, cuando fue declarada la emergencia sanitaria, vimos un anuncio institucional, un ejercicio de gobierno. Estuvieron ahí las figuras precisas para enviar un mensaje de urgencia de lo que ocurre en el país. Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación; Jorge Alcocer, secretario de Salud; Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud; almirante José Rafael Ojeda, secretario de Marina, y el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional.
Y así, mientras por un lado el discurso sigue apuntando a la división, del otro, esa otra línea, la que vimos y vemos todas las noches en la conferencia donde se da seguimiento a la pandemia en nuestro país. A estas alturas, para nadie es incógnita el por qué Hugo López-Gatell ha engrosado su perfil. Pocos funcionarios con la claridad con la que explica circunstancias que, de tan peligrosas, requieren no sólo las palabras adecuadas, sino incluso los gestos correctos para comunicar con celeridad y certeza. Se ha convertido en un personaje vital para la comprensión del momento que atraviesa México. No es el único, desde la cancillería se ha trabajado a marchas forzadas para la repatriación de decenas de mexicanos que, ante las cuarentenas ordenadas en varias partes del mundo, urgían por su regreso a casa. Apenas hace un par de días viajó un grupo varado en Argentina, otro más desde Perú. Ayer contactaron a un grupo de jóvenes cineastas que buscaban desembarcar y que, gracias al trabajo de la SRE con el gobierno de Panamá, encontraron puerto en el país centroamericano. Y la repatriación de connacionales tampoco se habría logrado sin la disposición de las Fuerzas Armadas, que han dispuesto aeronaves para esos viajes.
Arturo Herrera, por su parte, configurando el plan con el que el país debe resistir y acomodarse cuando regresemos al cotidiano. Ahí también está el secretario de Hacienda. Y así como ellos, funcionarios de todos los niveles. Gobernadores que ya hemos mencionado aquí, que fueron por delante, pensaron, más allá de su agenda personal y política, en salvaguardar la salud de sus gobernados. Ayer, todos ellos tuvieron una reunión para dar seguimiento a la pandemia y a las medidas hasta hoy implementadas. Y mientras en Palacio Nacional insisten en una narrativa que poco ha cambiado desde los tiempos de campaña, todos los días vemos a esa otra parte del Estado que sí está decidida a gobernar. Información Excelsior.com.mx