La mayoría de los padres, cuyos hijos fallecieron en la escuela primaria Robb, de Uvalde, tuvieron que esperar más de 12 horas para saber si estaban entre las víctimas.
La comunidad de Uvalde tiene 25 mil habitantes, la gran mayoría de origen mexicano. Es una comunidad donde todos se conocen y que desde este martes se vive en una completa zozobra.
La mayoría de los padres cuyos hijos fallecieron este martes en la escuela primaria Robb, de Uvalde, Texas, tuvieron que esperar más de 12 horas para saber si estaban entre las víctimas.
Amerie Jo Garza, de 10 años, había recibido un diploma de cuadro de honor por sus buenas calificaciones. Cuando Salvador Ramos, el asesino de 18 años que irrumpió en su salón de clase este martes, abrió fuego contra sus compañeros, Amerie intentó llamar al 911, seguía el ejemplo de su padre.
“Tengo que se fuerte por mi familia, por mi hija, sé que está ahí. Los oficiales allá afuera no saben si tiene miedo, yo sé que tiene miedo”, destacó Alfred Garza, padre de Amerie.
La familia Luévanos perdió a Jailah Nicole, de 10 años, y a su primo Jayce Carmelo, también de 10. Jailah era basquetbolista y este martes pidió un permiso inusual.
“Ella dijo que no quería ir a la escuela, y su papá dijo, si no quieres ir hija, no vas. Yo creo que ella sentía que algo iba a pasar”, narró su madre Carolina.
Como a casi todos en su colegio, le gustaba hacer videos con juegos.
“Todo el tiempo jugando afuera con nosotros, con su hermano, haciendo videos de Tik Tok”, señaló la madre de Jailah.
Rogelio Torres tenía también diez años. Su cuerpo tuvo que ser identificado con pruebas de ADN debido a las lesiones que sufrió. Estuvo varias horas en calidad de desaparecido.
“Nos mandaron al hospital, y otra vez aquí y nada, ni en San Antonio, no nos dicen nada más una foto y esperar, esperamos que todo esté bien”, destacó Federico Torres, padre de Rogelio Torres.
Anabell Guadalupe Rodríguez también recién había sido nombrada en el cuadro de honor. A ella, como a su padre, le gustaba la música.
“Que me esperara ahí, que si sabían algo de mi hija, me hablaban pa’trás, pero nunca me hablaron pa’trás y me vine pa’fuera a buscarla. Ando bien agüitado ahorita, ya estoy para reventar, todo nervioso, asustado”, comentó Jessie Rodríguez, padre de Anabell
Xavier López, de diez años, el primer alumno fallecido en ser identificado, era de familia de origen salvadoreño.
La familia de Jacklyn Cázares, de 9 años, es como muchas otras de la comunidad de Uvalde: gente trabajadora de bajos ingresos, casi todos de origen hispano.
“Ella estaba llena de amor, de vida, era una persona que, era muy fuerte, siempre decía cómo puedo apoyar a otras personas, siempre. La vamos a extrañar tanto”, agregó Javier Cázares, padre de Jacklyn.
Las profesoras Eva Mireles, de 44 años, e Irma García, de 46, también fueron asesinadas por Salvador Ramos cuando intentaban proteger a sus alumnos.
“A la mitad que me hace completa: mamá, no tengo palabras, mamá, eres un héroe. me sigo diciendo a mí misma que esto no es real”, insistió Adalynn Ruiz, hija de Eva, escribió este mensaje póstumo.
Los otros niños fallecidos son Uziyah García, de 10 años, José Flores Jr., de 10, Alithia Ramírez, 10 años, Nevaeh Bravo, Makenna Lee Elrod, 10 años, Tess Marie Mata, 10 años, Eliahna Cruz Torres, 10 años, Maite Yuleana, 10 años, Miranda Mathis, 11 años, Ellie García, 10 años, Layla Salazar, 10 años y Lexi Rubio, de 10 años.
“La maldita violencia. Las armas de fuego. Soy policía. Soy alguacil aquí en el condado de Uvalde. Esto es suficiente. Esto es suficiente. Nadie más tiene por qué vivir esto. Nosotros no teníamos por qué vivir esto, pero lo estamos viviendo”, refirió Félix Rubio, padre Lexi Rubio, 10 años.
A ellos no sólo los recuerdan sus familiares, sino sus compañeros de clase sobrevivientes.
“Estábamos afuera en el recreo y nuestro entrenador nos dijo que entráramos, ahí fue que escuchamos tres disparos y luego sólo escuchamos gritos”, concluyó Jaden Luna, sobreviviente de 9 años. Información Noticieros Televisa