Ciudad de México –
Con 62 años de historia, los Tigres de la Liga Mexicana de Beisbol están por desaparecer por el supuesto desacuerdo de su dueño, Carlos Peralta, con la libre contratación de mexicoamericanos, un tema sobre el que un par de años atrás opinaba diferente.
El empresario anunció el 2 de febrero que el equipo fundado en 1955 se separaría de la Liga y vendería la franquicia, sin el nombre ni el logo, por las diferencias en las políticas de fichajes que han puesto en jaque la temporada 2017.
Sin embargo, de acuerdo a la revista Proceso, este anuncio se dio justo cuando el nuevo gobierno de Quintana Roo contempla reducirle el apoyo. Durante los últimos diez años recibía un promedio de 50 millones de pesos por temporada, lo cual terminó con el fin del mandato del priista Roberto Borge, pues el nuevo mandatario, el panista Carlos Joaquín, contemplaría otorgarles 20 millones anuales.
El semanario publicó un correo electrónico que Peralta envió en septiembre de 2014 al presidente de la LMB, Plinio Escalante, en el que sugería no excluir a los mexicoamericanos porque ello implicaba discriminación y en el que además sugería expandir la Liga de 16 a hasta 20 equipos.
Precisamente para esa expansión sugería la utilización de todos los peloteros con doble nacionalidad que tenían más complicaciones para contratarse porque jugaban como extranjeros, lo cual fue atendido casi de inmediato pues días después se modificó la regla para considerarlos nacionales de origen.
“Sería positivo el respetar a nuestra Constitución Mexicana en donde dice que todos somos mexicanos por nacimiento y/o naturalización y dejar de ser discriminantes”, escribía Peralta a fines de 2014.
“Aunque nos escudemos en nuestro reglamento de Liga, la realidad es que ya estamos yendo en contra de la Ley. Por lo que, si abrimos esta oportunidad a todos esos jugadores mexicanos no nacidos en territorio nacional, tendremos más peloteros”.
Esa apertura volvió a encontrar reticencias esta temporada, cuando los 16 equipos se dividieron en dos bandos, unos a favor de mantener la libre contratación y otros, Tigres entre ellos, de nuevamente limitar a los mexicoamericanos.
Con la justificación de ese desacuerdo, que ni siquiera tenía resolución final, Peralta anunció el 2 de febrero la separación de Tigres. Esto sucedió cinco días antes de que el comisionado de la National Association of Professional Baseball Leagues –que avala la a LMB–, Pat O’Conner, emitiera su veredicto sobre el tema de los mexicoamericanos, como árbitro del conflicto.
La resolución favoreció mantener la libre contratación de los mismos y la decisión fue acatada por todos los equipos del circuito mexicano para la temporada que deberá iniciar en marzo, aunque sin los Tigres, con lo que se pondrá fin a una tradición de más de seis décadas. Información Medio Tiempo