Maxcanú, Yucatán, 26 de diciembre de 2019.- Para Guillermo Solís Marín, una sonrisa es más que la expresión común de felicidad ya que, desde hace seis años, esa palabra y la gesticulación amigable que la acompaña es señal para continuar con una misión de vida que comienza todos los días en la Secundaria Técnica número 5 y termina en los hospitales.
“Somos 80 voluntarios en la Fundación Dr. Sonrisas, la cual está presente en 29 estados de la República Mexicana, además de Guatemala, Paraguay, Perú, Colombia y El Salvador. Yo compagino mi trabajo con esta labor social que me ha dejado experiencias muy bonitas, porque nos dedicamos a dar alegría a niñas y niños con enfermedades complicadas”, comentó.
La cercanía con auténticas guerreras y guerreros de la vida ha permitido a Guillermo emplear estrategias de sensibilización en el plantel, donde labora como prefecto, a raíz de su encuentro con Ángel, paciente de la Unidad de Oncología del Hospital General “Doctor Agustín O’Horán” y alumno de esa escuela.
“El año pasado me diagnosticaron leucemia, recuerdo que me sentí mal en una actividad y eso alertó a mis padres. Poco a poco estoy quedando bien, tengo que llevar siempre cubre bocas, se me cayó el cabello y hubo comentarios de algunos, pero el maestro Guillermo, el director y otros profesores platicaron con ellos; ahora me cuidan y tienen consciencia de lo que es el cáncer”, señaló el joven.
Con el respaldo del director de la secundaria, Francisco Ortiz Cuy, se pusieron en marcha recursos didácticos para reforzar la inclusión en las aulas, parte de estos proyectos fueron investigaciones sobre este padecimiento realizadas por el estudiantado, así como pláticas orientadas a identificarlo desde sus primeros síntomas.
“Ayudó mucho, los jóvenes entendieron que es una batalla difícil y que requiere de la comprensión de amigos y familiares, nosotros además proporcionamos facilidades para que pueda cumplir con su tratamiento al tiempo de continuar en el colegio”, indicó Ortiz Cuy.
El padre de Ángel, Miguel Cauich, coincide en que el apoyo del ámbito escolar es fundamental en el proceso de recuperación de su hijo, puesto que sus compañeras y compañeros le dan ánimos, lo alientan a seguir adelante y a hacer planes futuros, lo cual lo motiva diariamente. Pero también, recalca, un motor en este complicado trance es el optimismo que contagia Dr. Sonrisas.
“Llevar un momento distinto a sitios como los hospitales, dejar alegría a esas personas que necesitan fuerzas para estar sanos otra vez, es una forma de vida y Dr. Sonrisas es eso, es una forma de vida. Nos queda claro cada vez que compartimos con niñas, niños y jóvenes que la felicidad es la mejor medicina”, dice orgulloso Solís Marín.