Por Enrique Aranda
El Frente Amplio Opositor (FAO) esencialmente antipriista que, previo a los pasados comicios presentó sus originales artífices y promotores, el dúo (dinámico) integrado por Alejandra Barrales y el indefinido Ricardo Anaya Cortés, migró ya, igual a Frente Amplio Democrático (FAD), signado por el comando del sol azteca —su no miembro Miguel Ángel Mancera incluido, claro— que a Frente Nacional Antisistema, el (exclusivo) de las izquierdas —lo que ello signifique—, el Antipopulista (y por ende antipPeje) y muchas otras acepciones, tantas casi como personajes opinan, se acercan y/o alejan del mismo…
Hoy existen tantos “frentes” como ideas respecto de la naturaleza y alcances, intereses incluso sobre la eventual utilidad del mismo existen. No importa si la propuesta tiene o no posibilidades de avanzar y convertirse en realidad en algún momento… ni siquiera si su autor es alguien que en algún momento lo rechazó y ahora lo avala porque eso es lo políticamente correcto —el michoacano Silvano Aureoles, el queretano Francisco Pancho Domínguez, gobernadores ambos; los incomprensibles Chuchos o el polémico hoy moreno Miguel Barbosa, entre otros— o quienes no ven en la opción más que eventuales ventajas para sus personales causas… de cara al inminente 2018, sin duda alguna.
¿O no es verdad que ahora, a la luz de una discusión que no parece conducir a sitio alguno, perredistas miembros de las más diversas tribus condicionan su apoyo al Frente y aseguran que no votarán por el candidato apoyado por el mismo si éste milita en Acción Nacional y se apellida Zavala Gómez del Campo, Moreno Valle, Anaya, Ruffo o Romero Hicks?¿No lo es que, en la arena panista, ni los Mancera, los Zepeda o, en el extremo, los Ramírez Garrido Abreu resbalan y que la mirada de sus afines está puesta en quienes juegan, o pretenden hacerlo, al amparo del blanquiazul?
Y esto, digámoslo claro, no es sino la evidencia de que una eventual alianza, frente y/o gobierno de coalición, antinatural en sí misma, no es digerible ni para unos ni para otros… y menos, mucho menos, para la sociedad en pleno, para el ciudadano de a pie que, nos guste o no, están hartos de los partidos y de sus principales dirigentes y/o protagonistas, al margen las honrosas excepciones que siempre existen.
¿Significa esto que la propuesta como tal no tiene futuro alguno, que los mexicanos debemos seguir pensando en regímenes avalados por minorías que no garantizan mínimos de gobernabilidad/gobernanza? No, si la actual pretensión de sus promotores iniciales, por sólo citar un ejemplo, deja de ser su personal interés de permanecer en el cargo que ahora ocupan o alcanzar otro en los días por venir… si, al menos por esta vez, los protagonistas del debate, quienes lo iniciaron y los muchos que ahora lo alimentan, entienden que México debe ser colocado por encima de sus mezquinas ambiciones… y que, por encima de pragmáticas visiones de corto plazo, existen principios y valores a los que no es posible renunciar a cambio de poder.
ASTERISCOS
* Si bien algunos consideran que el calvario que, por el (literal) pirateo de señales a Televisa de Emilio Azcárraga Jean, enfrenta ahora el mandamás en Megacable, Enrique Yamuni, es ya “excesivo”, lo cierto es que el asunto podría aún escalar no poco en razón de que, tras el cateo de sus instalaciones en Tenancingo y Atlacomulco por parte de PGR, el asunto podría tener, para el segundo, consecuencias penales graves…
* Preocupante, a decir de no pocos, el “discreto, pero consistente…” retorno al liberalismo social que durante su mandato impuso al PRI su tío Carlos Salinas de Gortari, impulsa ahora Claudia Ruiz Massieu, la secretaria general que, vale recordar, en algún momento se pensó pudiera suceder, en agosto, al cuestionado Enrique Ochoa Reza…
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx