CIUDAD DE MÉXICO.
Es sólo por un golpe de suerte, una reacción aquí o allá en la sopa primigenia, que nosotros, la humanidad, hemos evolucionado de tal manera que ejercemos control sobre este planeta azul. Descubrimos y aprovechamos el poder del fuego. Navegamos los siete mares. Y cuando eso no fue suficiente, tomamos los cielos. Hemos diseñado y construido asombrosas proezas de la ingeniería que se pueden ver desde el espacio, y lo sabemos porque también hemos estado en el maldito espacio.
Pero el nuestro es un dominio frágil. No estamos solos en este planeta, y siempre estamos sujetos a sus caprichos, ya se trate de un huracán devastador que arrase con todo a su paso, o de un león que decide que quiere comerse todo lo que encuentre. Si así lo desean, los animales pueden venir por nosotros. Y acabamos de recibir una pequeña advertencia.
Bienvenido al Club de Golf Wolf Creek, una extensión de tierra en Michigan que los humanos decidieron devastar con el propósito de disfrutar de algunas actividades de ocio. Durante un torneo de golf preparatoriano el fin de semana, un ganso decidió asestar un golpe en nombre del reino animal y tomar una pequeña revancha contra los conquistadores humanos.
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¿Quién fue la presa? Isaac Couling de 16 años, un estudiante de segundo año en Concord High School que acababa de salir del séptimo hoyo . Cerca de ahí había un nido del cual los equipos estaban al tanto, y un entrenador jura que se aseguraron de no perturbarlo. De cualquier forma, no importó.
“Estaban al tanto de que había un nido de ganso a su izquierda, al que estaban mirando, pero sin molestar”, dijo Babbitt, “cuando detrás de ellos por el lado izquierdo, salió el ganso guardián (protegiendo el nido)”.
Y definitivamente lo protegió. Contempla la furia del mundo animal al ya no poder soportar ver que la humanidad trata al mundo entero como si fuera literalmente su patio de recreo privado, destruyéndolo, llenándolo de basura literal y figurativamente:
Ahora se trata de un ganso y un golfista. Muy pronto, los grandes felinos también se rebelaran. Los osos se unirán a ellos. Los buitres salivarán en los cielos. Y entonces averiguaremos la cruda verdad, que ni siquiera podremos elegir a dos miembros del reino animal que nos ayuden a combatir al resto. Todos vendrán por nosotros.
Couling, hablando con el Detroit News después del ataque, dijo que lo dejaron a su suerte y que tuvo que defenderse solo. “Nadie vino a ayudarme”, dijo. Cuando los animales se amotinen, nadie lo hará. Información Excelsior.com.mx
And you thought golf was boring? @Madison_Golf @BlissfieldGolf pic.twitter.com/RNDcHd8lob
— Blissfield Athletics (@BlissAthletics) 22 de abril de 2018