Por José Cárdenas
Ricardo Monreal anhela ser candidato presidencial y tiene derecho, sin embargo, nadie en su sano juicio ve posible que esto sucedas dentro de Morena; ni siquiera él mismo.
Para la 4T, Monreal estorba. Por eso lo atacan, persiguen y desairan con majaderías.
–¿Entonces por qué no se va?
La respuesta de Monreal es mantra: “no me dejo ni me rajo; aguantaré hasta donde la dignidad me lo permita”.
Mientras, congruente con sus principios, reprocha a las “corcholatas” de López Obrador haber adelantado los tiempos del proceso de sucesión presidencial, no solo porque genera vacíos, distracciones y desviación de recursos públicos sino porque genera división en el partido guinda. Monreal alega que hay confusión en la “cargada” descarada a favor de Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, dejando claro el piso disparejo para Marcelo Ebrard y mucho más en contra suya.
De los cuatro, Monreal es el aspirante incómodo, el más alejado del afecto presidencial, víctima de hostilidad y persecución perversa para empujarlo a salir de Morena por la puerta trasera.
Por todo esto no extrañan los coqueteos de la oposición, de chile, dulce, manteca y mole, para “jalárselo”, aunque de momento el zacatecano diga, gracias, pero no gracias. Información Radio Fórmula