Graue

Por José Cárdenas

Quienes esperaban sangre quedaron sedientos. El rector de la UNAM Enrique Graue, no dijo lo que esperaba la tribuna pero sí lo que debía.

Respetuoso en todo momento de la ética y normatividad universitaria dejo en claro dos cosas:

Que la ministra Yasmín Esquivel Mossa, con su conducta inadmisible, metió a la máxima casa de estudios en un lío, pues el plagio de una tesis no es cosa menor y pone en entredicho la etica de quien lo comete y lo solapa, además de ofender a toda la comunidad universitaria.
Que será un Comite de etica, primero y la Comision de Honor del Consejo Universitario después, quienes revisen el caso y las acciones a tomar, pero sin brincarse las leyes como muchos exigen y otros practican.

Sabedor de las nuevas y aún más severas críticas por venir, ha dejado en claro que la rectoria no evade su responsabilidad, su actuar no es de temor, timidez o encubrimiento, pero la UNAM no puede sucumbir a presiones externas ni de manera apresurada e irresponsable.

Enrique Graue reconoce el grave error de haber enviado el balón a la SEP, lo que se ha interpretado como un deslinde de las obligaciones de la UNAM y en concreto de la rectoría a su cargo, lo que lo ha colocado en la hoguera de la opinión pública.

El reto no es sencillo, reconoce que permitir que la impunidad prevalezca en el caso generaría aún mayor indignación de la que ya hay. Vienen tiempos difíciles para el rector. Información Radio Fórmula