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Guerra carcelaria; nueva matanza

NATAL.

La guerra desatada al interior de las cárceles de Brasil por el control del tráfico de drogas tuvo su tercer gran episodio del año en Natal, donde al menos 26 presos fueron brutalmente asesinados en un motín que se prolongó 14 horas.

El enfrentamiento entre dos facciones criminales en el centro penitenciario de Alcaçuz, el mayor del estado de Rio Grande do Norte, elevó a más de 100 los reos fallecidos en las hacinadas cárceles de Brasil en los primeros 15 días de 2017.

El 1 de enero, un motín dejó 56 presos muertos en Manaos, Amazonas –en la segunda mayor matanza registrada en una cárcel de Brasil– y sólo cuatro días más tarde, el horror se repitió en una prisión de Roraima, donde 33 internos fueron asesinados.

El motín en Natal empezó el sábado en la tarde, cuando reos de diferentes organizaciones criminales lograron salir de sus pabellones para enfrentarse en este penal con capacidad para 620 reclusos, pero que alberga actualmente a mil 83.

Fueron verificados 26 muertos”, confirmó ayer Caio Bezerra, el secretario de Seguridad Pública del estado, asegurando que las autoridades habían estimado un número más alto de fallecidos, de alrededor de 30, “por el estado de algunas víctimas y cuerpos”.

Medios locales mostraron fuertes imágenes del interior del presidio, ubicado a unos 25 km de Natal, donde se ven cuerpos decapitados y desmembrados.

De hecho, la policía debió esperar hasta el amanecer del domingo para retomar el control e irrumpir en la prisión con vehículos blindados. Durante la noche, habían cercado el exterior de la cárcel ya que los reclusos cortaron la luz y consiguieron armas de fuego.

Con la situación ya controlada, las fuerzas de seguridad reforzaron el exterior del presidio para evitar fugas y empezaron el traslado a otras prisiones de algunos presos.

 

GUERRA INTERNA

Igual que las cárceles de Amazonas y Roraima, el centro penitenciario Alcaçuz quedó ayer en el centro de la lucha por el manejo del narcotráfico, que la autoridades atribuyen a los dos principales grupos criminales del país: el Primer Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Río de Janeiro.

“Existe una lucha por el poder, por el dominio del tráfico de droga en Brasil. Una lucha que viene de otros estados y en que los grupos intentan ganar espacio. Y el espacio en el mundo criminal se gana con fuerza y violencia”, explicó a la prensa Walber Virgolino, secretario de Justicia de Rio Grande do Norte.

Los diarios locales aseguran que durante el motín en Alcaçuz se enfrentaron miembros del PCC con los del Sindicato del Crimen, aliado del Comando Vermelho.

El martes fueron desplegados 200 efectivos de la unidad especial de Fuerza Nacional en Amazonas y Roraima luego de las dos matanzas carcelarias en esas regiones.

OFRECEN INSTALAR SCANNER EN CADA PRISIÓN

BRASILIA.

EFE Y AFP

El presidente de Brasil, Michel Temer dijo en Twitter que seguía de cerca el trágico suceso y ordenó prestar “todo el auxilio necesario” a las autoridades del estado de Rio Grande
do Norte.

La semana pasada, el mandatario ya había asegurado que las bandas criminales “preocupan” a la nación “como un todo” porque se rigen por sus propias reglas, las cuales están “fuera del Estado”.

Temer prometió una modernización del sistema penitenciario y la construcción de nuevas prisiones en todos los estados, pero organizaciones como Human Rights Watch lo ven como una solución parcial.

El gobierno ofreció también destinar un presupuesto de 135 millones de dólares a la instalación de “dos scanners” en todas las cárceles y a construir cinco prisiones federales, con el objeto de garantizar la seguridad y reducir el grave hacinamiento que sufren los penales.

Datos preliminares del Consejo Nacional de Justicia (CNJ) señalaron que 65% de las prisiones del país no tiene detectores de metales ni inhibidores para bloquear las señales de los celulares, que son utilizados por los reos para organizar sus actividades delictivas.

Además, el hacinamiento ha sido una preocupación constante de los responsables del sistema carcelario.

Con 622 mil presos, lo que supone 67.3 por ciento más de su capacidad, Brasil tiene la cuarta mayor población penal del mundo, por detrás de Estados Unidos, China
y Rusia. Información Excelsior.com.mx

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