Anthony y Mikayla se casaron el 31 de octubre. Nunca sospecharon que a los pocos días un tercio de los 83 asistentes que fueron a su boda desarrollarían síntomas de COVID-19. Ahora que tres abuelos de la pareja se encuentran hospitalizados por el coronavirus, la pareja ofrece disculpas a sus invitados.
Los Bishop llevaban cinco años saliendo. Como muchas parejas, el 2020 los obligó a decidir si deseaban postergar la boda o arriesgarse. El joven matrimonio optó por lo segundo pero, según confiesan, tampoco se preocuparon mucho por las medidas de seguridad. Solo sus abuelos portaron cubrebocas aquel día.
La boda se realizó en Ohio y tuvo 83 asistentes; actualmente, el número máximo de asistentes a una reunión de ese tipo en ese estado es de 85 personas. Después de la ceremonia, la pareja se retiró a su luna de miel en Carolina del Norte y a los pocos días ambos desarrollaron síntomas de COVID-19.
Casi al mismo tiempo llegaron las notificaciones de los amigos y de los parientes contagiados. Todos los días alguien más se reportaba como enfermo. Hasta el momento hay 32 contagiados, casi la mitad de los asistentes.
Tres de los abuelos de la pareja se contagiaron y los tres se encuentran hospitalizados. Esta última noticia obligó a la pareja no solo a cancelar su luna de miel sino a ofrecer disculpas por su irresponsabilidad.
En entrevista con una cadena local, Mikayla Bishop dijo sentirse no solo arrepentida sino temerosa:
“Las bodas definitivamente son de miedo ahora. No pensé que casi la mitad de nuestros invitados se enfermarían. Estás en tu momento. Te estás divirtiendo. No piensas en el COVID”, dijo a la WLWT.
Añadió que, durante la ceremonia, sintió sorpresa cuando se dio cuenta que la mayoría de los invitados no portaban cubrebocas, pero tampoco le dio importancia. Ahora todos los días le informan de un nuevo contagio:
“Todos los días recibimos una llamada. Oh, otra persona. Otra persona. Otra persona más. Y te empiezas a agotar”, declaró.
En meses recientes, autoridades sanitarias de todo el mundo han advertido sobre los eventos supercontagiosos. Antes se señalaban las grandes concentraciones, como podía ser un bar o una convención, pero ahora las autoridades también advierten del peligro de las pequeñas reuniones familiares, con diez, incluso cinco asistentes, donde la confianza se convierte en un pretexto para bajar la guardia.
Con información de WLWT/Televisa