CIUDAD DE MÉXICO (apro).- José Antonio González Anaya, secretario de Hacienda y Crédito Público, con apenas 11 días en el cargo, dijo este jueves de manera categórica:
“Quiero decirlo claramente: la Secretaría de Hacienda no hace política electoral, y las leyes de gasto son bien claras. El decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley Electoral son bien claras en cuáles son las reglas. Además, existe el Portal de Transparencia (Presupuestaria), para asegurar que no haya desvío de recursos. Así de claro”.
Esa fue la respuesta del exdirector general de Petróleos Mexicanos (Pemex) y, desde el 27 de noviembre pasado, sucesor de José Antonio Meade en Hacienda, ahora precandidato presidencial priista, a una pregunta expresa de este reportero en un desayuno conferencia con representantes de los medios de comunicación.
La pregunta, que no fue recogida en la versión estenográfica oficial, fue en estos términos:
“Señor secretario, sabemos perfectamente que, a la hora de confeccionar el presupuesto, la Secretaría de Hacienda siempre tiene la facilidad de hacerse de sus guardaditos, de, por la vía de la programación financiera, destinar partidas de recursos sin un fin específico, que luego la dependencia puede utilizar discrecionalmente.
“Creo que la sociedad merece una garantía de que, dada la estrecha relación de amistad que tiene usted con el precandidato Meade, no va a haber un desvío de recursos para la campaña presidencial del Partido Revolucionario Institucional. Valdría la pena que lo dijera abiertamente, que se comprometiera públicamente a que eso no sucederá”.
Su respuesta más bien burocrática.
Fue el primer encuentro del nuevo secretario de Hacienda con los medios. Por momentos nervioso, por momentos evasivo, a veces molesto, González Anaya dejó a muchos insatisfecho con sus respuestas.
“Ya veremos”, respondió siempre a la recurrente pregunta de qué va a hacer el gobierno mexicano ante la inminente aprobación de la reforma fiscal del presidente estadunidense Donald Trump, que propone bajar el impuesto corporativo de 35 a 20%, y que presumiblemente le restaría competitividad a la economía mexicana.
Siempre a la defensiva, el secretario argumentaba así:
“Insisto, yo creo que hay que esperar a ver qué pasa, hay varias diferencias importantes y ahora sí que, más que entrar en detalles, déjame elaborar algo… Es bien importante tenerlo en mente por qué. Conceptualmente, lo que vemos de la reforma fiscal es un poquito cómo se plantea: se baja el impuesto corporativo. Pero no es nada más eso, lo que se está haciendo es que se baja la tasa del impuesto corporativo, pero se suben otros impuestos bien importantes. Se quitan un montón de deducciones que, si uno lo ve, otra vez, no quiero entrar mucho a detalle, pero sí quiero sembrar una duda.
“Una de las deducciones que se quitan en las dos propuestas es, en Estados Unidos, los estados tienen un impuesto corporativo que se monta sobre el impuesto corporativo federal, varía por estado, pero es más o menos 7 u 8%.
“Bajo el régimen actual, uno es deducible del otro, el impuesto estatal corporativo se deduce del federal. En las dos propuestas, se baja el corporativo federal, pero se quita la deducción, entonces, un cálculo aritmético aproximado e incorrecto, pero que va en esa dirección y lo menciona El Financiero ayer, y digo El Financiero porque lo leí. Enrique Quintana fue quien lo escribió.
“El impuesto es más o menos 8%, y si tú le quitas, tú bajas el corporativo de 35 a 18%, pero dejas de hacer deducible el 8% estatal, pues no se bajó a 20%, se bajó a 28%, que se parece muchísimo al 30% nuestro.
“Ah, espérame, no es 20%, no, no es 20%. El presidente (Trump) dijo que a lo mejor hacía algo alrededor de 22% y si al 22% le sumas 8%, ya queda en 30%. Esto es, nada más, dos cositas de una reforma fiscal tremendamente compleja.
“Entonces, déjame dejarlo ahí. Decir que hay que verla con más cuidado y que no es tan sencilla como nada más bajar el impuesto corporativo. O sea lo que están haciendo es quitar muchas deducciones, entonces, la tasa efectiva de impuestos es la que hay que analizar, y en eso es en lo que nos estamos concentrando porque la tasa a las personas físicas es mucho más alta.
“Si no cobras el impuesto en la corporación, lo cobras en la persona, entonces ¿cuál es la tasa efectiva? En eso es en lo que estamos trabajando, y en eso es en lo que vamos a seguir trabajando. Para no dejarlo todo en abstracto, sí quise hacer este ejercicio, que me pareció un ejercicio bueno y ejemplificativo de por qué no es tan sencillo”.
Sin embargo, cuando se le preguntó al secretario González Anaya cuál era la tasa efectiva del Impuesto sobre la Renta en México (ISR), toda vez que no todas las empresas y menos las más grandes –trasnacionales mexicanas y extranjeras–, como lo ha señalado la Auditoría Superior de la Federación (ASF), no pagan el 30% de ley, simplemente ignoró las preguntas.
A este reportero, que también preguntó sobre la tasa efectiva de ISR que se paga en el país, un González Anaya molesto le espetó: “Tú mismo te contestaste en la pregunta anterior, reconociste que la recaudación aumentó cinco puntos del PIB, que es enorme… cualquiera que haya sido la tasa efectiva”.
Al final, le preguntaron al secretario si estará garantizada una transición presidencial tersa después de que se den las elecciones y resulte quien resulte ganador.
González Anaya contestó: “A eso venimos, venimos nosotros a trabajar en continuar, insisto, con (lo que hicieron) el secretario Meade, el doctor Meade y el doctor Videgaray. Hubo una conducción de la política macroeconómica, sobre todo en el último año donde hubo incertidumbres, de manera impecable.
“Nosotros a lo que estamos aquí es para continuar estas políticas prudentes, conservadoras, que nos van a llevar a que haya una transición tersa. En este cambio de gobierno existe el fondo ya para la transición, tenemos reservas internacionales en niveles récord, se renovó la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional recientemente, la semana pasada, y los fondos de estabilización están en niveles históricamente altos.
“Así que todas estas cosas nos dan solidez. No le quiero poner adjetivos a todo esto, pero sí ponerle elementos que abonen en este sentido”.
Más de lo mismo, pues. Información Proceso.com.m