Por Ángel Verdugo
En los últimos años han aparecido cuatro libros de la autoría de Andrés Oppenheimer los cuales, de permitirme usted esta libertad, diría que constituyen uno solo pues veo, cada uno de aquellos, como la cuarta parte de una colección de cuatro libros.
Los títulos de cada uno de ellos, quizás poco o nada le digan; sin embargo, una vez que los hubiere leído —en este orden—, las piezas se acomodan. Cuentos Chinos, Basta de Historias, Crear o Morir y el más reciente, ¡Sálvese quien pueda!
Le recomiendo sinceramente que los adquiera, y lea; además, de tener hijos o nietos en el tercer año de secundaria o en cualquier semestre del bachillerato —técnico o tradicional—, pídales que lean —cuando menos—, los dos más recientes: Crear o Morir y ¡Sálvese quien pueda! Los dos primeros le serán más útil a usted por el tema que en ellos se trata; los otros dos, son de lo más apropiado y útil para un joven que en pocos años, de ir todo bien, estará llegando al nivel superior de educación, o incorporándose al mercado laboral.
Al margen de la inclinación que a la fecha haya mostrado ese hijo o ese nieto en lo que se refiere a ésta o aquella profesión o área del conocimiento, no imagina usted el panorama que él encontrará en cada uno de los dos libros más recientes: Crear o Morir, y ¡Sálvese quien pueda!, los cuales, sin duda, ayudarían a sus hijos y/o nietos a ver con claridad la realidad actual en materia de empleo, y el muy probable futuro que nos espera.
Toda idea que a la fecha tenga usted de lo que piensa deberían ellos estudiar, o deberían seguir en ésta o aquella institución de educación superior, muy posiblemente se vería sacudida al leer los dos últimos libros de la cuarteta. ¿Imagina usted hoy, que ésta o aquella carrera que piensa le sería provechosa en todos aspectos a su hijo y/o su nieto, posiblemente desaparecerá en los próximos diez o quince años, o surgirán otras más atractivas y demandadas?
Le pido, cuando nada tenga que hacer, se ponga a pensar en los oficios que han desaparecido en los últimos 30 o 40 años. De encontrar algunos, ¿por qué no concluir que ese proceso de desaparición de oficios es lo normal, como consecuencia de la mejoría de la calidad de vida de las personas y por supuesto, de los avances científicos y tecnológicos de los últimos 25 o 30 años?
Ahora bien, ¿considera usted lógico y viable que, así como desparecieron oficios y empleos estos últimos años, otros oficios y empleos e incluso profesiones podrían aparecer en los próximos 10 o 15 años? Esa desaparición permanente de viejos oficios y empleos y la creación de nuevos será, sin duda, lo que sus hijos y nietos encontrarán en los mercados laborales y, entendámoslo desde ahora, las calificaciones que deberán poseer, es posible que hoy todavía no las impartan las escuelas donde ellos estudian.
El mundo está cambiando, como diríamos en matemáticas, a un ritmo geométrico y en México, vamos a un ritmo aritmético. Cada año escolar, la brecha entre los avances que muchos países concretan y nuestra realidad educativa, lejos de cerrarse se amplía.
El papel que deberán jugar las familias los próximos años, para darles a hijos y nietos la preparación que deberán alcanzar para incorporarse exitosamente en el mercado laboral, no tiene comparación con lo que aquéllas han hecho durante los decenios anteriores. Para entender este nivel de responsabilidad, lean por favor los dos libros más recientes de Oppenheimer: Crear o morir, y ¡Sálvese quien pueda! Información Excelsior.com.mx