Revisar lo que sí tenemos y agradecerlo, en lugar de buscar lo que no; dejar de quejarnos del cotidiano, sin tomar acciones, y dedicar tiempo a lo realmente importante como a los seres amados, antes de que la vida se vaya y, sin darnos cuenta, nos arrebate a alguno de ellos, son algunas de las reflexiones que el actor Mauricio Ochmann proyecta en la película de comedia Reviviendo la Navidad, que hoy 20 de diciembre está disponible en Netflix, y en la que los espectadores lo verán envejecer paulatinamente a través de su personaje.
Llegué al guion ya con ciertas reflexiones aprendidas, tanto en el tema de la Navidad como en el personal, y es eso: La vida se nos va, ahorita estamos y mañana no sabemos. Ojalá y tengamos mucho tiempo y podamos disfrutar, pero, la verdad, es que nunca se sabe, porque somos humanos.
A mí en lo personal, después de haber aprendido ciertas cosas, al igual que mi personaje Chuy, me tocó rescatarme como ser humano, rescatar mi niñez y a la Navidad, de alguna manera. Desde hace muchos años, desde que nació mi hija Lorenza, ya mi Navidad es distinta y también mi manera de relacionarme con el mundo.
Hay muchos mensajes y temas universales con los que la gente se podrá identificar con esta película y también se van a divertir muchísimo, porque está llena de comedia. La película es un pretexto para hablar de nuestras actitudes, los hábitos, la parte emocional, que, aunque se ubica en la Navidad, habla de todo el año, de la familia, los amigos, la pareja y de vivir el presente. Hay que disfrutar lo que hoy tienes”, expresó Mauricio Ochmann en entrevista con Excélsior.
En la película dirigida por Mark Alazraki —quien fuera director de la serie La balada de Hugo Sánchez (2018) y la película Mentada de padre (2019)—, Ochmann, de 45 años, será visto en un proceso de envejecimiento físico. Y es que su personaje, Chuy, vivirá repetidamente la noche de Navidad, un festejo que odia al ser el mismo que el día de su cumpleaños, y que está condenado a repetir por un hechizo, teniendo que afrontar lo hecho en los 364 días del resto del año, mismos que no recuerda y en los que el tiempo no deja de pasar, tanto en él como en quienes lo rodean.
Si tenemos suerte, todos llegaremos a viejos, porque la vida es incierta y todos tenemos una fecha de caducidad que no sabemos. El paso del tiempo no es algo que yo en lo personal… como que le tenga cosa. No había reflexionado al respecto, es buena la pregunta, porque desde hace muchos años vivo mi día, mi presente, mis 24 horas; vivo agradecido por lo que tengo y hago lo mejor que puedo como ser humano con mis herramientas. Trato de disfrutar el hoy, el presente, porque me quedó claro, desde hace muchos años, que la vida se va y que tenemos el ahorita para vivir, disfrutar y enfrentar, porque la vida también viene con confrontaciones.
Con respecto a la caracterización de edad en el personaje, fue un proceso que hicimos en tres o cuatro etapas. Las últimas dos fueron pesadas, porque me ponían un producto que me secaba la cara y me arrugaba todo, los ojos también. Era una cosa que se sentía y la tenía que traer como por 12 o 14 horas diarias, más la peluca que me estiraba el pelo y estaba pegada ahí. Al final del día quería que me lo quitaran, porque era fuerte y difícil esa sensación, inclusive para actuar, un poco, porque me quedaba tiesa la piel”, relató.
Reviviendo la Navidad tiene referencias a otras historias decembrinas como el mal humorado y amargado señor Scrooge, del Cuento de Navidad, de Charles Dickens, o filmes como El día de la marmota, de 1993, con Bill Murray, o incluso de El Grinch, de 2000, con Jim Carrey.
Tiene muchas influencias. Cuando hablamos el director Mark Alazraki y yo, ya una vez que lo leí, vi estas referencias y platicamos de cómo lo quería enfocar y contar la historia; todo el arco de Chuy, de este personaje, que viene a ser como la representación de mucha gente, no sólo a nivel navideño, sino en la vida: de cómo te tienes que rescatar y reinventar, de cómo tienes que dejar viejos patrones y aprender a vivir desde tu verdadera esencia.
El cómo se contó, tomando todas estas referencias, hacen la historia muy divertida y entrañable. Se conjugaron varios elementos como la construcción de los personajes, que además fue algo muy bonito. Lo estuvimos trabajando con Mark un buen rato y varios días.
Luego, hay personajes como los que hace Manu Nna, Poncho Borbolla, de quien soy fan, Verónica Bravo, José Sefami, María Rojo y Ana Brenda Contreras, con quien fue una delicia trabajar, Romina Poza (hija de Mayrín Villanueva) y Bastian Calva, quienes recrean a los hijos. Se armó un elenco bien bonito y creo que la gente la va a disfrutar mucho. Creo que es la perfecta combinación del espíritu navideño con la parte entrañable y humana, más la comedia de la vida.
Lo más bonito es que Mark se permitió jugar en escena y salían cosas, de alguna manera, tanto en el ensayo como en tomas, que agradezco. Es una película redonda y la gente la va a disfrutar muchísimo. Nos hacía falta una película así, navideña, en México y Latinoamérica, desde nosotros”, concluyó. Información Excelsior.com.mx