Sin duda, la impresión de la apariencia de una persona influye fuertemente en sus interacciones dentro de su entorno social y las excusas para no usar protección cuando se mantienen relaciones sexuales con una pareja pueden resultar muy variadas.
Pero quién iba a pensar que la justificación de “es que me parecía muy guapa” estaría entre ellas.
El atractivo facial, en particular, ha sido objeto de una amplia investigación en las ciencias del comportamiento humano, ya que influye dramáticamente en la experiencia social, incluidas las decisiones sobre el comportamiento sexual.
Y eso es lo que apunta un estudio publicado recientemente por la revista médica BMJ Open realizado por un equipo de investigadores de las universidades de Southampton y Bristol (Inglaterra), liderado por Anastasia Eleftheriou, graduada en Ciencias de la Computación.
Todo indica que existiría una relación inversamente proporcional entre lo atractiva que un hombre encuentra a una mujer y sus ganas de usar preservativo en un eventual encuentro sexual con ella.
Según esto, una cara bonita los volvería imprudentes y proclives a correr riesgos innecesarios.
Cabe recordar que la belleza de una mujer no libra a nadie de adquirir una enfermedad de transmisión sexual o de un embarazo si no se usa protección.
Los 51 hombres que participaron en el estudio –heterosexuales y de edades comprendidas entre los 18 y los 69 años– rellenaron un cuestionario en el que tuvieron que evaluar del uno al cien diversas cuestiones.
Entre ellas, el atractivo de veinte mujeres basándose en fotografías faciales; también debían puntuar su deseo de mantener relaciones sexuales con cada una si estas le dieran la ocasión; y tuvieron que precisar la probabilidad de que, en este último caso, quisieran usar un preservativo con estas hipotéticas parejas.
Asimismo, se les pidió que indicaran, también del cero al cien, la probabilidad de que la mujer de cada foto fuera víctima de una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Los resultados vienen a sugerir que el comportamiento sexual tiende a ser irracional cuando se trata de evitar contraer una ITS, ya que, según los datos obtenidos, cuanto más atractiva consideran los hombres a una mujer, menos probable es que deseen utilizar un preservativo en caso de mantener relaciones sexuales con ella y el hecho de que crean probable que esa mujer pueda sufrir una ETS no influiría en su predisposición a mantener relaciones sin usar ningún tipo de protección.
En este estudio experimental, y a raíz de otras preguntas que se hicieron en el mismo cuestionario, también se llegó a la conclusión de que, cuanto más atractivo se considera un hombre a sí mismo, con mayor certeza piensa que otros hombres como él mantendrían relaciones sexuales con una mujer atractiva sin usar condones y menos probable es que él mismo quiera emplearlo.
Con información de BMJ Open y Muy Interesante.