Es muy socorrido. Ya sea porque te duele la cabeza, la espalda, el ibuprofeno siempre está ahí, en el cajón donde guardamos los medicamentos, para ayudarte. Tenemos la mala costumbre de automedicarnos. Sin embargo, con todos los beneficios que nos trae tomarnos una simple pastilla, a veces no es lo más recomendable.
‘Reader’s Digest’ ha recopiló todas las situaciones en las que no es la mejor idea calmar los dolores con ibuprofeno.
Quizá no las conozcas, por lo que sigue leyendo para prevenir antes que curar, y nunca mejor dicho.
Enfermedad del corazón
Probablemente ya has leído en algún lugar que la aspirina en dosis bajas puede ayudar a prevenir un ataque cardíaco, aunque, recientemente se ha demostrado que administrarla en personas sanas aumenta el riesgo de ataque cardíaco o de derrame cerebral un 11%.
De todas maneras, es un antiagregante plaquetario, por lo que se supone que “reeduca” la acumulación de la sangre.
Pero, como les sucede a algunas personas, quizá pienses que ambos medicamentos son intercambiables y si no tienes aspirina puedes tomar ibuprofeno. No es verdad. De hecho, un estudio de 2017 de ‘British Medical Journal’ descubrió que, tomarlo frecuentemente para combatir esas enfermedades podía aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco en un 75%; si estás tomando medicamentos para la presión arterial, ten cuidado.
Lo estás combinando
Las mezclas no suelen ser nunca la mejor de las ideas. Si estás tomando otros medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios, que evitan que la sangre se coagule (suelen recetarse a las personas con alto riesgo de accidente cerebrovascular, como las que han sufrido una embolia pulmonar, un derrame o un ataque cardíaco), piénsalo dos veces antes de tomar ibuprofeno. La combinación podría aumentar significativamente el riesgo de complicaciones hemorrágicas.
¿Problemas gástricos?
Sabrás de sobra que la ingesta de muchos medicamentos puede repercutir desfavorablemente en tu estómago. Quizá lo has sufrido alguna vez. El ibuprofeno, por ejemplo, no solo irrita el revestimiento del estómago y los intestinos, sino que también puede reducir el flujo de sangre en el área. Si tienes dolores de estómago frecuentes, lo ideal es que hables con tu médico de cabecera para que te recomiende cualquier otro sustituto.
Estás embarazada
Recientemente se ha descubierto que la ingesta de este medicamento podría dañar al feto. Aumenta el riesgo de aborto espontáneo en el embarazo temprano y defectos cardíacos en el tercer trimestre. No solo eso, incluso podría comprometer la fertilidad futura del bebé, en caso de ser hembra. Tampoco es buena idea durante el trabajo de parto y el propio parto, ya que podría provocar un sangrado prolongado. De nuevo, consulta a tu médico para buscar un sustituto, si fuera necesario.
Tienes artritis
Durante mucho tiempo, los pacientes aquejados de artritis han tomado ibuprofeno para calmar el dolor, pero ahora que se conocen sus efectos negativos en el sistema gastrointestinal y cardiovascular, quizá deberías pensártelo dos veces, sobre todo si tienes antecedentes de problemas estomacales y cardíacos.
En un estudio publicado en el ‘European Heart Journal’ en 2017 se compararon los efectos en la presión de la sangre en pacientes con artritis reumatoide a los que se les suministró ibuprofeno, naproxeno y celecoxib. Según el veredicto, todos se asociaron con un mayor riesgo de hipertensión, pero el ibuprofeno tuvo el peor impacto.
¿Y el alcohol?
¿Qué tal llevas lo de tomarte una copa de vino, una cerveza o un cóctel? Vas a quedar con un amigo, pero tienes un dolor de cabeza horrible, así que toca un ibuprofeno antes del ansiado mojito. Error, aunque tampoco te decimos nada nuevo.
La combinación de ambos aumentará, sin duda, las posibilidades de dañar tu estómago. Debes evitar el alcohol si te medicas, pues podrías incrementar el riesgo de úlcera estomacal o el daño hepático.
Vas a entrenar
Es cierto que algunos atletas toman ibuprofeno antes de una carrera muy larga, pero eso es, en el mejor de los casos, una tontería, y en el peor, algo completamente perjudicial. Con el ibuprofeno, que “silencia” el dolor, es probable que no sepas si te estás esforzando demasiado.
Un estudio que recogió ‘BMJ’ en 2017 con corredores profesionales de maratones llegó a la conclusión de que, si estos tomaban un ibuprofeno antes de correr, tenían un 18% más de probabilidades de experimentar una lesión renal aguda que los que tomaron un placebo. Los entrenamientos extremos afectan a los riñones al extraer sangre a los músculos durante un período prolongado de tiempo.
Con información de El Confidencial.