CIUDAD DE MÉXICO.- Lúcido, saludable, ávido de regresar a los escenarios y estar frente a las cámaras, y con una memoria que recuerda fechas y datos precisos de su vida y trayectoria. Es así como Ignacio López Tarso recibe hoy sus 97 años de vida.
Frente a la cámara de su computadora, el actor que protagonizó la cinta de Roberto Gavaldón, Macario, habló en entrevista con Excélsior del confinamiento ante la pandemia por covid-19, de la ansiedad por regresar al teatro y de su aniversario de vida.
Es una época no muy propicia para festejos. Nos ha ido mal a todos. Tenemos dos años y pico y parece que no salimos definitivamente de eso. (En mi cumpleaños) estaré con mi familia, con los más cercanos, mis hijos, mis nietos y bisnietos, no completos, porque hay quienes están fuera, lejos, que no pueden venir, pero estaré en casa y platicaré con ellos. La pasaré tranquilo, como la he pasado estos dos años de encierro absoluto. No he salido.
Fui un día a ver al otorrino, al hospital Los Ángeles, regresé pronto y otra vez. Salí otra vez a Cuernavaca en julio, a hacer un par de funciones (de Una vida en el teatro), parecía que los teatros se abrían en definitiva de nuevo, pero no. Al terminar, nos dijeron que el teatro tenía que estar cerrado otra vez. No ha habido manera de volver al teatro, en la televisión está difícil y en el cine, también.
¡No he trabajado y eso para mí es la vida: el trabajo, el teatro, el cine, la televisión, las presentaciones personales, los viajes, las giras! ¡De eso vivo, no sólo económica y físicamente, sino espiritual, moral e internamente! ¡Vivo de eso! Y no he tenido este último año. Celebraré mis 97 años así, en casa, comeremos juntos, platicaremos y creo que seguiremos así una temporadita larga otra vez. ¡Hasta el presidente ya está enfermo! ¡La gente no sale del temor y la preocupación constante! ¡Ese encierro involuntario!”, expresó López Tarso, vía Zoom.
Una bronquitis aquejó la salud del actor hace algunos días. Sin embargo, al respecto dijo tajante: “Un poco de tos y catarro y ya. Ya estoy mejor”.
Y es que más allá de lo que el público pudiera pensar acerca de su longeva edad y del descanso que podría tomar junto a su círculo familiar, a manera de retiro, López Tarso sólo piensa en regresar a contar historias, en abrir telones y reencontrarse con el público en vivo, una sensación que rememora y atesora para cuando pueda salir otra vez a actuar.
¡Mi vida es el trabajo y no trabajo! ¡Me siento muy mal, me siento incómodo, no estoy a gusto, tengo que hacer teatro, presentarme, el público me hace falta y el dinero también! Ha sido una época difícil para todo mundo, así que no me quejo, me callo la boca y aguanto”, dijo.
Durante la pandemia, el actor debutó en streaming con las obras Leonardo y la máquina de volar, El de la triste figura, Macario, Melville en Mazatlán, El canto del cisne y Fray Servando Teresa de Mier: Confesiones de un guadalupano federalista. Fue tal éxito que incluso una de las plataformas en las que se presentó, se cayó por la alta demanda.
Leonardo y la máquina de volar lo podrían regresar al escenario, junto a su hijo Juan Ignacio Aranda, el próximo 4 de marzo en la Casa de la Cultura Mexicali, siempre y cuando las condiciones de la pandemia se lo permitan.
La obra escrita por Humberto Robles narra los últimos días de Leonardo da Vinci, quien con ayuda de su discípulo Francesco, construye un artefacto para volar.
Si los teatros siguen cerrados, mi hijo y yo buscaremos presentarnos a través de streaming; seguiremos por ese camino, que es bueno. Hemos hecho seis obras ya y pronto tendremos un plan para que el público disponga de ellas a través de boletópolis.com”, acotó.
Con mayor tranquilidad, Ignacio López Tarso compartió el secreto para guardar la memoria y conservar el ánimo de seguir trabajando, sin importar la edad.
Lo primero es querer mucho lo que haces, interesarte mucho, que el trabajo sea parte de tu vida íntima; interior y exterior. Si estás sujeto a eso, por ese nexo, no sólo de necesidad, sino de placer, de satisfacción íntima, personal, se facilita mucho, aunque haya dificultades; se hacen menos por ese camino.
Si te gusta mucho tu trabajo, como lo hagas, ya sea en streaming o en un teatro o ante una cámara, eso es bueno. Hay que hacerlo de la manera que sea, pero con amor e interés. Si tienes un verdadero interés, es un buen camino. Ayuda mucho aguantar problemas como los hemos tenido todos”, subrayó el nacido en la Ciudad de México.
RECUERDOS SOBRE ROBERTO GAVALDÓN
El reciente inaugurado Museo de la Academia de Hollywood, en Los Ángeles, programó un ciclo homenaje al director mexicano Roberto Gavaldón, que se extiende hasta el 23 de enero con películas, entre otras, como Rosa blanca, Días de otoño y Macario, fotografiadas por Gabriel Figueroa, de las que fue parte Ignacio López Tarso. Y aunque tenía considerado asistir, ni la pandemia, ni su trámite de visa se lo permitieron, pues no cuenta con tal documento.
Es un recordatorio del cine mexicano y tengo el honor de ser socio de la Academia Cinematográfica de Hollywood. Tendría que ver películas y películas para dar mi voto, pero pedí que no me pusieran en eso, sino que me nombraran socio, pero sin tener que ver 150 películas al año. No tengo capacidad para eso, así que soy socio honorario.
Macario fue una buena película, en un momento muy bueno de mi carrera. Fue una de las primeras que hice y tuvo mucho éxito. Gané premios como Mejor actor en San Francisco. ¡Fui con esa película por el mundo y gustó en todas partes!” Información Excelsior.com.mx