Por Enrique Aranda
Inminente ya el arranque de los trabajos de la XXII Asamblea Nacional del Revolucionario Institucional, nada, a la vista los resultados que ofrece, impide especular que la difusión, intencionada “filtración” de la XVIII Encuesta realizada por la Presidencia de cara al 2018, atiende más a reforzar presunciones al interior del tricolor y profundizar debates en el resto de las fuerzas políticas, particularmente en Acción Nacional, que a sólo actualizar información.
El sólo hecho de que la referida medición destaque a Miguel Ángel Osorio Chong al frente de la puja por la candidatura presidencial priista —“como en las últimas 14 muestras”—, cuando no son escasas las versiones que hablan de que el titular de Gobernación “dejó ya la carrera presidencial…” y, en contraste, ubique a Aurelio Nuño Mayer en una lejana octava posición —abajo también de Eruviel Ávila, Manlio Fabio Beltrones, José Narro Robles, José Antonio Meade, Luis Videgaray y José Calzada, en ese orden— en la preferencia de militantes o simpatizantes del PRI, cuando “voces autorizadas cercanas al poder…” afirman que el secretario de Educación Pública es “la opción…” del presidente Enrique Peña Nieto para sucederle, abona en el sentido mencionado.
Más, habría que decir, cuando a nadie escapa que, si de previsiones de cara a la estratégica reunión hablamos, nada parece ser más claro que la misma constituirá algo más parecido a una “guerra” entre quienes aspiran a reformar el marco estatutario del otrora invencible y a vencer a quien hoy define su presente y su futuro —y no nos referimos a su inconsistente dirigente Enrique Ochoa Reza— que un encuentro de liderazgos agrupados bajo un mismo ideal y doctrina y, menos, en torno a un programa político común orientado a mantener el poder presidencial.
Llama igualmente la atención el que, al referir al resto de las fuerzas políticas, el sondeo cuya autoría se atribuye a la Residencia Oficial de Los Pinos, apunte a destacar no sólo la incuestionable hegemonía que al interior de sus respectivas franquicias tendrían personajes como Andrés Manuel López Obrador, el no-perredista Miguel Ángel Mancera que no parece tener opositor amarillo al frente o cualquiera de los llamados “independientes” que, vale decir, en ningún de los supuestos escenarios indagados, 12, supera la quinta posición o, si se prefiere, 5.5% de la votación.
Mención aparte merece lo que, a la vista la referida medición, estaría ocurriendo al interior del blanquiazul donde, si bien la señora Margarita Zavala se mantiene como la mejor posicionada entre simpatizantes y militantes del Partido Acción Nacional, lo, verdaderamente, relevante es que la diferencia entre el indefinido Ricardo Anaya y el poblano Rafael Moreno Valle, que por un largo lapso fue más que amplia a favor del primero, prácticamente desapareció ya, a grado tal que en algunos de los escenarios previsibles considerados, el exgobernador consigue mejores resultados que el queretano, quien insiste en mantenerse como juez y parte en lo que a la puja por la candidatura presidencial panista refiere.
Huelga decir que, igual a nivel franquicia partidista que en todos y cada uno de los supuestos de boleta, Morena y (ahí sí) su incuestionable abanderado tabasqueño aparecen con ventaja —“en ningún caso menor a cinco puntos porcentuales”— escoltados siempre por Acción Nacional y cualquiera de sus tres previsibles candidatos y, luego, por el Partido Revolucionario Institucional, el Partido de la Revolución Democrática, algún “independiente” y, al final, la llamada chiquillería.
Ahí está…
ASTERISCOS
* Será el miércoles, a decir de los más, de no ocurrir nada extraordinario que lo impida cuando, con la comparecencia del cuestionado delegado en Tláhuac, Rigoberto Salgado, arranque frontal y abiertamente, la confrontación definitiva entre el mancerismo (perredista) y el lopezobradorismo. Se aceptan apuestas.
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter:@EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx