Por Yuriria Sierra
Ocurrió hace exactamente dos años. Lesvy Osorio fue asesinada. Hoy sabemos que el responsable fue su expareja, quien espera el inicio de su juicio en unas semanas. Pero en aquel entonces, nos quisieron contar una ficción. Tras el hallazgo de su cuerpo en Ciudad Universitaria, las autoridades aseguraron que Lesvy, de 22 años, se había suicidado. Gracias a los esfuerzos de su madre, quien recibió apoyó de colectivos y organizaciones, las autoridades corrigieron. La joven no se mató, la asesinaron. Su caso se catalogó como feminicidio y ayer, la Procuraduría de la CDMX ofreció disculpas por la falta de debida diligencia y negligencia en la atención a familiares.
Veinticuatro meses después, aquí estamos, no sólo recordando el caso de Lesvy, sino hablando de Aideé, la joven de 18 años que fue asesinada dentro de su salón de clases en el CCH Oriente. Ayer, la sepultaron en Puebla, de donde era originaria. Autoridades investigan cómo es que una estudiante fue herida de bala mientras tomaba su clase de matemáticas. La línea de investigación que siguen, busca determinar que el disparo se hizo a 150 metros de distancia. Una bala perdida que encontró su blanco dentro del CCH. No sería la primera vez que un disparo se hace desde a esa distancia, asegura la PGJ.
El rector Enrique Graue asegura que ya trabajan en protocolos para reforzar la seguridad en las inmediaciones de las instalaciones universitarias. Incluso pide desarme nacional para frenar la ola de violencia e inseguridad; aseguró que la violencia no es exclusiva de las escuelas. La pregunta es, ¿tuvimos que hablar de otra muerte dentro de instalaciones escolares, para fijar postura?
Hace un par de días, un estudiante de la Facultad de Odontología denunció un intento de asalto en el estacionamiento cercano a la zona de gimnasios en CU. Aseguró que los delincuentes iban armados.
Tras los disturbios de septiembre pasado, cuando porros se enfrentaron con estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades, alumnos del Colegio de Geografía crearon un mapa de incidencia delictiva en Ciudad Universitaria. Ubicaron no sólo los puntos donde se han reportado delitos, sino que contabilizaron las denuncias. Acoso, narcomenudeo, robo con y sin violencia y violación, los más mencionados. La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Filosofía y Letras, Química y la zona conocida como Las Islas, a espaldas de Rectoría, los puntos de más riesgo. Según el mapeo creado por la Agencia Digital de Innovación Pública de la CDMX, de 2016 a marzo pasado, se han abierto casi dos mil carpetas de investigación por delitos cometidos dentro de CU. Mil 838 para ser exactos.
Estudiantes se reunieron ayer en el CCH Oriente, que no tendrá labores hasta que termine la investigación por el feminicidio de Aideé, solicitan la destitución de sus autoridades escolares. También buscan que el gobierno de la Ciudad de México los apoye con equipos de seguridad, cámaras de vigilancia, por lo pronto. Claudia Sheinbaum no asistió a la ceremonia de disculpa pública a la familia de Lesvy Osorio, como respeto a la autonomía universitaria.
La muerte de otra estudiante dentro de la UNAM, bien valdría la pena replantearse hasta qué punto esta autonomía debe imponerse. No estamos hablando de injerencia en la toma de decisión alguna, sino en la mejora de condiciones de seguridad que los mismos estudiantes están exigiendo. ¿O qué otro hecho debemos esperar? Información Excelsior.com.mx