Por Ángel Verdugo
¿Qué institución del Estado es la más importante para la gobernación? ¿El Poder Ejecutivo, el Legislativo o el Poder Judicial? ¿Acaso el grado de importancia es el mismo para esos tres poderes? ¿Estaría usted seguro de ello?
Mi posición al respecto, de entrada, es no optar —al bote pronto—, por uno de los tres poderes. La razón es simple, fácil de entender. Antes de responder, soy de la idea de que debemos definir algunas cuestiones relevantes con miras a dar una respuesta objetiva. La primera sería, definir el país; luego, dar una breve descripción de la situación que en él se da en torno al respeto de la División de Poderes.
Incluso, para poder estar en condiciones de dar una respuesta que respondiere a las condiciones específicas de ese país, habría que añadir información acerca de la independencia de los partidos políticos respecto del Poder Ejecutivo —si los hubiere—, de la calidad de los integrantes de los Poderes Legislativo y Judicial y también, elemento no menor, de la independencia en lo que se refiere a la capacidad para legislar del primero, y de la capacidad para decidir de manera autónoma del segundo.
A los requisitos anteriores a satisfacer antes de poder responder las preguntas del primer párrafo, usted podría añadir las que a su juicio considerare importantes. Una vez satisfechos, ya con los datos relevantes e información recolectada, no habría pretexto válido para no responderlas. Ahora sí, vayamos a un país específico: México.
¿Qué respondería usted, una vez que hubiere definido y proporcionado lo pedido que señalo en los párrafos anteriores? ¿Piensa que en verdad estaríamos en condiciones de afirmar que, en el México de hoy, uno de los tres es más importante para la gobernación que los otros dos? De ser positiva su respuesta, ¿cuál sería ese Poder? ¿Acaso su respuesta sería, no otra, que el Poder Ejecutivo?
Estoy convencido que la aplastante mayoría de los que se atrevieren a contestar las preguntas del primer párrafo, dirían sin dudarlo, que el Poder Ejecutivo; yo no estaría tan seguro que ésa sería la respuesta correcta.
Si bien no dejo de reconocer que el Poder Ejecutivo tiene —no de ahora sino desde hace decenios— un peso específico importante en la gobernación, las cosas que hemos vivido desde el año 1997 han dado por resultado, no tengo duda, una pérdida sensible de ese peso frente al que ha ganado el Poder Legislativo, así como el Poder Judicial.
Durante estos años, de 1997 a la fecha —al menos es mi opinión, dado lo visto de la gobernación y la conducta de los integrantes de los tres Poderes—, una muy buena parte del poder real —tratándose de cambios para actualizar el andamiaje jurídico—, ha migrado del Poder Ejecutivo al Legislativo.
Lo que hace pocos años era la realidad en materia de cambios legales, hoy eso parece haber quedado en el pasado. Si bien todavía el gran redactor de los nuevos textos legales y las propuestas de modificación de leyes vigentes y la abrogación de otras es el Ejecutivo, ya no podemos afirmar que la aprobación de todo eso se dé, automáticamente, en respuesta a una iniciativa o instrucción de aquél.
Hoy, por el contrario, la negociación con el Legislativo es obligada para aprobar los textos enviados por el Ejecutivo los cuales, las más de las veces, son modificados por el Legislativo y aceptadosCICIG por el Ejecutivo, si éste quisiere lograr su aprobación.
De ahí que mi respuesta sea esta: La institución más importante para la gobernación es, hoy, el Poder Legislativo. Información Excelsior.com.mx