Jordi, un joven de 22 años originario de Ciudad Real, España decidió abandonar la escuela para probar suerte en la industria de cine para adultos, sin jamás imaginar que se convertiría en el talento mejor pagado de la industria a su corta edad.
Ángel es el nombre artístico que el joven decidió utilizar y con el que fue catapultado a la fama, después de firmar un jugoso contrato con la productora Brazzers, cobrando de 500 a 1500 euros al día.
Por último, Ángel admitió a un medio internacional que se encuentra comprometido con su novia desde hace varios años, misma que conoció antes de entrar a la industria porno y que no lo cela, pues sabe que comparte su intimidad de 20 centímetros, sólo por fines lucrativos.