Mikey Chanel, una joven mujer trans que actualmente se identifica como mujer pero que nació con genitales masculinos y fue criada como niño, se llevó la sorpresa de su vida pues descubrió que también tiene órganos reproductores femeninos funcionales. Tras el hallazgo, decidió embarazarse.
Cuando estaba por nacer, los médicos le realizaron pruebas a la madre de Mikey, se suponía que esperaba una mujer, sin embargo se asombraron al recibir a un bebé con genitales masculinos.
Sin embargo, mientras crecía en su natal Boston, Massachusetts, (Estados Unidos) Mikey siempre se sintió diferentes a los otro chicos. “Era obvio para todos que yo era diferente, desde el principio”, explica la adolescente al Daily Mail.
“A los cinco años jugaba con los bolsos de mi tía y me ponía el labial de mi mamá… Solo tenía un poco de bello facial. Siempre tuve un cuerpo femenino”, recuerda Mikey.
Por esta situación recibía agresiones de sus compañeros en la escuela. Finalmente, a los 13 años, Mikey se declaró homosexual y desde entonces consideró ser transgénero.
Durante el curso de 2020, Mikey asistió con el médico, ya que sentía molestias al orinar. Así que le realizaron un ultrasonido de vías urinarias. Fue entonces cuando descubrieron que tenía cérvix, útero, ovarios y trompas de Falopio.
“Yo pensé que era una broma. Ni siquiera sabía que eso era posible. Dije ‘jaja, ¿dónde están las cámaras?’, y entonces me mostraron el útero en la pantalla.
El diagnóstico de los doctores fue síndrome del conducto de Müller, una condición que provoca que se desarrollen los órganos masculinos, pero no inhibe el desarrollo de los femeninos, lo que da a lugar a individuos con dos conjuntos de órganos internos, masculinos y femeninos. Por lo que Mickey es una persona intersexual.
Los profesionales de la salud le recomendaron practicarse una histerectomía total, ya que podía desarrollar padecimientos que podrían poner en peligro su vida, como por ejemplo cáncer.
Sin embargo Mikey quería primero concebir un hijo antes de realizarse el procedimiento que le quitaría esa posibilidad.
“Mis partes masculinas resultaron infértiles pero me dijeron que mis ovarios estaban funcionando”, explicó la joven.
Mikey dijo que siempre quizo tener hijos, así que pensó: “Es ahora o nunca. Tengo que intentarlo y embarazarme”.
La joven recibió diversos tratamientos de fertilidad, que incluyó una inyección intracitoplasmática de espermatozoides o ICSI, es decir, la fecundación de los ovocitos por inyección de un espermatozoide.
Debido a que Mickey no tiene un cavidad vaginal, los óvulos fecundados fueron implantados en sus trompas de Falopio a través de una incisión abdominal, explica Daily Mail.
Mickey actualmente cursa el cuarto mes del embarazo y existe una posibilidad del 20% de que lo pueda llevar a término exitosamente. Ella comparte su historia con la esperanza de generar conciencia acerca del síndrome del conducto de Müller, una condición que puede tener cualquiera.
Vía Daily Mail/Televisa