Hicieron que fuera a rehabilitación, pero ella dijo que no, no y no.
Un hombre le preguntó qué hacía ahí con él y ella respondió que no tenía ni idea; él le contestó: “creo que sólo estás deprimida”.
Ella era, o es, Amy Winehouse, una de las figuras más emblemáticas, mediáticas y talentosas de principios de siglo XXI.
Fue la chica de los tatuajes y que llevó la imagen de la pin-up a otro nivel y en su propio estilo, que enmarcaba con un peinado de panal que entre más alto era, significaba qué tan insegura se sentía, según contó la propia Amy en un documental.
Pero su poderosa voz de contralto —las tres octavas que registraba—, quedó empañada por su tumultuosa vida en la que las adicciones a las drogas y al alcohol la llevaron a la muerte en 2011 a sus 27 años.
Con la intención y el deseo de mostrarla al mundo desde otra perspectiva, Sam Taylor-Johnson (Cincuentas sombras de Grey) se dio a la tarea de dirigir Back to Black, una cinta llena de música contada desde la perspectiva de Amy Winehouse.
Dar vida a la cantante británica judía, con cuya voz cantaba soul y jazz, con un toque especial, es una tarea que cayó en manos de la actriz inglesa Marisa Abela.
“(Lo que me llevó a hacerlo fue) interpretar el papel con integridad, honestidad y tratar de llegar al centro de quién era Amy, como persona y como mujer. A veces es difícil cuando alguien se ha transformado en un icono para volver a quiénes son.
“¿Qué los motiva y qué es lo que realmente quieren de la vida? ¿Qué los impulsa?, cuándo están felices y cuándo están tristes, y fueron esos momentos los que siento que vamos convertir mi actuación en una expresión humana de la experiencia de Amy y luego entrelazando eso con las cosas reconocibles de Amy para una audiencia que la amaba.
“Es una especie de transformación física y vocal, pero creo que es sólo el tipo de fusión de esas dos cosas lo que lo convierte en algo que es la encarnación de una persona que conoces, porque creo que lo único que importa es sentir a las personas… (que la gente) salga de la película sintiendo que entienden algo sobre su experiencia y su alma que no sabían antes”, comparte Abela en entrevista con varios medios de comunicación internacional, entre ellos Excélsior.
Amy lanzó su primer disco, Frank (en honor a Frank Sinatra y de quien su padre Mitchell siempre la cantaba canciones) en 2003, que le trajo un par de reconocimientos en Reino Unido y grandes críticas por parte de la prensa especializada y premios como el BRIT.
Su segundo disco, Back to Black (2006), la llevó a la cima del éxito, la posicionó en los primeros lugares de popularidad y en las listas de música.
Producido por el talentoso Mark Ronson, el material fue un parteaguas y, desde luego, por la manera de interpretar de Amy. Fue escrito por la cantante luego del rompimiento de su pareja, Blake Fielder-Civil, quien, además, la introdujo al uso de las drogas duras.
Tuvo nominaciones a los MTV Video Music Awards, a los BRIT, Mercury y, desde luego en los Grammy.
Fue legendaria su actuación en vivo desde Londres en esta entrega en 2008 —Estados Unidos le negó la visa para asistir debido a sus problemas de adicción— en la que ganó cinco premios, entre ellos Grabación y Canción del Año por Rehab.
Amy tuvo la intención de rehabilitarse, pero su vida comenzó un viaje en espiral en descenso que no tendría regreso. Su último show, el 18 de junio de 2011 en el Kalemegdan Park de Belgrado, en Serbia, mostró a una Amy sin la potencia de su voz y alcoholizada, que le trajo sólo abucheos.
El acoso de la prensa británica, los titulares escandalosos sobre sus rupturas amorosas y adicciones sobrepasaron el talento de una mujer que vio su carrera en declive hasta que murió el 23 de julio de 2011 en su casa de Camden Town, en Londres, debido a una intoxicación etílica accidental.
En una cinta vista desde la perspectiva de Amy, el mayor desafío al que se enfrentó el guionista Matt Greenhalgh fue en ¿cómo retratar el final?
Estaban seguros que no querían la tragedia total y el desastre que sucedió, y que eso no fuera lo más destacado de la cinta.
“En la película hay momentos dramáticos, así que tomamos un tiempo… y llegamos a la conclusión de que no queríamos entrar al dormitorio, creo que para mí eso quedó claro una vez con el equipo, y quería saber cómo termina la historia y entonces fue fácil para mí volver al principio”, dice el escritor.
Una de las cosas en las que se centraron, explica la directora Sam Taylor-Johnson, es que Amy siempre fue fiel a sí misma a pesar de las circunstancias.
“El mundo que la rodea intenta afectar eso y creo que su autenticidad fue algo que la impulsó y creo que esas son dos cosas realmente poderosas para que alguien sea muy sincero consigo mismo y auténtico en sí mismo”.
“Espero que la gente se dé cuenta, cuando vean esta película, de que estén agradecidos por la suerte que tenemos de haber tenido a Amy en nuestras vidas. Aún está en nuestras vidas”, agrega Eddie Marsan, el actor que da vida a Mitchell Winehouse, el papá de Amy. “Vivimos, escuchamos una voz todo el tiempo y también espero que la gente tenga más compasión por las personas que sufren de adicción y también más compasión por sus familias”, sentencia.
Sin embargo, para la productora Alison Owen la lección más importante que Amy deja es vivir tu vida de manera auténtica y dejar brillar tu creatividad.
“Creo que lo más importante de Amy fue su búsqueda de la excelencia y los cantantes que ella veneraba, Billie Holiday, Elvis, Sara Vaughan; ella quería ser como ellos… ella no quería fama, quería ser excelente en lo que hacía, que era cantar y escribir canciones”, puntualiza Owen a Excélsior.
“Hoy estamos obsesionados por la marca, obsesionados por construir su propia imagen”, añade el guionista de Back to Black Matt Greenhalgh en el mismo encuentro, “pero volver a la autenticidad y la creatividad es una gran lección para todos nosotros porque ése es el corazón del ser humano y eso es lo que Amy nos enseñó.
“Eso para mí siempre fue la atracción. Es que cuando estaba escribiendo (el guion) es como si supieras que siempre será absolutamente cierto en lo que estás haciendo, en las palabras que estás escribiendo, creo que me ayudó en el proceso de todo”.
“Sí, quiero decir que Amy no se trataba de superficialidad, sino de corazón”, suma Owen… “se refería a cómo son realmente las cosas y cómo se sienten”, concluye.
Y sí, quizá como escribió Amy en Rehab, su tema más exitoso, no quería volver a beber nunca más y sólo necesitaba un amigo.
No quería pasar 10 semanas en rehabilitación y que la gente pensara que estaba mejorando.
“No sólo es mi orgullo, es sólo hasta que estas lágrimas se hayan secado”.
El dato
El club de los 27
Su fallecimiento a los 27 años la hizo formar parte de jóvenes talentosos del espectáculo muertos a esa edad, entre los que se encuentran Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain.
De la cinta
Back to Black
Estreno 11 de abril.
Directora: Sam Taylor-Johnson.
Elenco: Marisa Abela, Eddie Marsan, Jack O’Connell, Lesley Manville, Juliet Cowan y Sam Buchanan.
Orgullosa
Lanzado a inicios de febrero, el tráiler de Back to Black trajo diversos comentarios por parte de los fanáticos.
En el canal de YouTube de la distribuidora, muchos de ellos aseguraban que era demasiado temprano lanzar una cinta biográfica sobre la cantante británica.
Al respecto, Taylor-Johnson asegura que no tiene un mensaje específico sobre ellos.
“Hay mucha gente que tiene voz y quiere que la escuchen y está bien. No los leo, así que nunca llegará a mis ojos ni a mis oídos. Pero creo que lo importante para mí es que hice una película de la que estoy orgullosa y siento que las personas que realmente aman a Amy y su música, realmente disfrutarán y saldremos sintiendo como ‘está bien, realmente la honramos y la respetamos’ y eso es lo más importante que surge de esta película, es una idea de quién era ella, la música y el deseo de escucharla más y una y otra vez”.
La música y su importancia
Back to Black cuenta con la colaboración de figuras importantes dentro de la industria de la música.
En principio, Dale Davis, bajista de Amy, y su corista, Ade Omotayo, fueron asesores musicales y volvieron a grabar los temas de la película en los emblemáticos Abbey Road Studios de Londres.
“Pocas personas la conocían tan bien como ellos”, expresa Owen. “Obviamente se sentían muy protectores de ella y de su legado, y fueron invaluables y muy generosos a la hora de ofrecer su tiempo, sus conocimientos y su amor por Amy”.
Omotayo, quien además era amigo de la infancia de Amy, dice que “fue un placer trabajar con Marisa; trabajé con ella desde el principio y estoy realmente orgulloso y contento con lo que ha logrado. Ha hecho un trabajo increíble”, de acuerdo con notas de producción de la distribuidora.
Otra pieza clave fue el trabajo de Giles Martin, hijo de George Martin, productor de The Beatles. Él trabajo de manera estrecha con Abela para ayudarla a crear el sonido de Amy y sus matices.
“Es algo parecido a ser un coordinador de dobles de escenas de riesgo, pero musicales”, explica Martin sobre su participación.
“Amy tiene una voz que es insustituible, pero lo que hace Marisa es llevar las canciones, la emoción y el sentimiento de Amy en ese momento.
“Sé que hemos conseguido lo que queríamos cuando la gente a veces no cree que es Marisa la que canta”, añade Martin, quien también trabajó en la cinta biográfica sobre Elton John, Rocket Man.
El villano real
Entre fanáticos y críticos musicales, Mitchell Winehouse es el villano en la carrera musical de su hija, quien abusó de su potencial, más allá de ayudarla a salir de sus adicciones.
Eddie Marsan, quien hace a Mitch, asegura que no interpreta a villanos ni a víctimas.
“Sabía que no quería interpretar a Mitch si era una versión limpia suya o una demonizada. Lo vi como un padre que hace lo mejor que puede en una situación difícil y que comete errores como padre todo el tiempo.
“No creo en esta narrativa binaria de que si conviertes a Mitch o Blake (Fielder-Civil) en un villano, haces a Amy una víctima y si conviertes a Amy en víctima, no puedes hacer un filme desde su perspectiva. No puedes celebrarla si escribes para robarle su autonomía”, subraya.
Para la productora Alison Owen hacer la cinta era una necesidad debido a que considera que su muerte se estaba convirtiendo en su legado. Los problemas de adicción eclipsaban lo que, subraya, ha sido un talento extraordinario y de los más destacados del siglo XXI.
Era irónico que su legado se estuviera convirtiendo en su muerte, añade, así que quería hacer una película que nos llevara de nuevo a su vida.
“Era una persona muy divertida y extraordinariamente vibrante y dotada. Por supuesto que hubo una tragedia y no podíamos rehuirla, pero eso es en lo que queríamos centrarnos y por eso sentí que había un trabajo para hacer”, comparte.
Como feminista, Owen siente que, con demasiada frecuencia, hay una cosificacion, especialmente a las mujeres, sobre su muerte al ser famosas, como el caso de Judy Garland y Janis Joplin.
“Hay un fetichismo sobre la cosificación de eso y no quería que eso le pasara a Amy, y la obsesión por buscar quién tenía la culpa. Amy era una mujer de 27 años que tomaba decisiones. La gente no mira un documental sobre Jim Morrison o Jimi Hendrix y siempre es culpa de las madres. Se trata adultos que toman sus propias decisiones. El hecho de que ella fuera una mujer no significa que fuera una muñeca de porcelana de ocho años. Había un villano en nuestra película y se llama adicción. Por eso sentí que era necesario hacer la película”.
Matt Greenhalgh, guionista de Back to Black, enfocó la historia desde la perspectiva de Amy por su pasión por escribir sobre personas y relaciones.
“La carrera musical en los temas de adicción definitivamente está ahí, pero nuevamente queríamos que brillara luz sobre ella. Conoces a las personas que aman la historia y obviamente juegan, pero también ella amaba a su padre… para mí, ahí es donde la magia y mi tipo de deseo y amor por escribir esta historia fueron las relaciones”, comparte Greenhalgh.
La familia
Que cuenten la historia de tu hija, sin duda, no era tarea fácil para la familia de Amy.
Alison Owen quería la confianza y las bendiciones de la familia, pero no la aceptarían si tenían que alterar algo de la película para lograrlo,
Se conocieron, hablaron y obtuvieron tantas anécdotas y grandes historias como pudieron, comparte Owen.
“Pero no hubo manipulación de la narrativa ni presión alguna para hacer cualquier cosa que no quisiéramos y que no sintiéramos.
“Fue sincero y creo que la familia confió en que los conocimos y ellos confiaron en que íbamos a ser sinceros y hacer lo que consideramos correcto y emprendimos ese viaje, así fue.” Información Excelsior.com.mx