Ciudad de México –
Solo hay un hombre que sufrió en carne propia lo que Pablo Aguilar y Enrique Triverio viven en este momento. Su nombre es Cristian Gastón Zermatten, exfutbolista argentino, quien en 1998 fue castigado con un año de suspensión por agredir al exsilbante Felipe Ramos Rizo.
El entonces mediocampista de los Pumas charló con Mediotiempo desde Argentina y tuvo palabras de aliento para su compatriota Enrique Triverio, así como para Pablo Aguilar, quienes recibieron la más dura sanción desde aquella que recibió Zermatten.
“Les diría que hay que tratar de pensar y tomar la sanción que la Federación les dio, tratar de aceptar si hubo un error y aprender, seguir entrenando, mejorando y que su carrera sigue, no se va a terminar en un año, yo jugué 20 años, es una marca sí, pero no fue el final
“Como experiencia no fue buena, ya pasaron muchos años y siempre ese recuerdo cala. Tengo mi postura sobre los hechos de ese entonces, el año de castigo que me dieron se redujo a tres meses y la apelación sale a mi favor sabiendo que no había agredido a Ramos Rizo como se dijo, que le había dado un cabezazo, que le había lastimado, todo eso fue una locura, sí fue un pechazo, pero en ese momento se manifestó mucho y quedó marcado”, dijo vía telefónica.
Zermatten, quien luego de no jugar tres meses por aquella agresión se mantuvo dos años más con Pumas, descartó haber quedado marcado por la sanción de un año, aunque sí habría cambiado los últimos cinco minutos de aquel partido entre universitarios y Chivas.
“Sí me marcó en esa época, recién había llegado al club, no era lindo lo que estaba viviendo, era muy chico sabiendo que no había tenido ninguna agresión, además de que las agresiones verbales se manifiestan y no se juzgan porque de esa forma también se daña.
“(Cambiaría) Los últimos cinnoc minutos del partido, no fue un momento bueno ni lindo y me sentí mal por lo que pasó. No fue una marca en mi carrera, sí un mal momento, pero pude seguir jugando muchos años”, expresó.
ACUSÓ SOBERBIA DE LOS ÁRBITROS
Zermatten recordó que la agresión sobre Ramos Rizo no fue “gratis” pues recordó que el silbante no aceptó carearse con él y que también hubo agresiones verbales de su parte, pues le hubiera gustado que: “como hombre Ramos Rizo aceptara su error”.
“Pedí un careo con Ramos Rizo y se negó, pasaron muchas cosas que no se supieron. A veces se dicen cosas que no se escuchan y a veces los árbitros pecan de soberbia, no solo en el futbol mexicano, en general, jugué hasta el 2011 y viví cosas hasta agresivas verbalmente pero uno se tiene que callar y seguir jugando porque eso es lo que le conviene al jugador.
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