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La cobija e Italia

Por Pascal Beltrán del Rio

En la construcción del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, el próximo gobierno bien haría en seguir de cerca lo que sucederá en Bruselas a lo largo de las próximas dos semanas.

Durante ese lapso, la Comisión Europea tendrá que decidir si acepta el presupuesto que sometió a su consideración la coalición gobernante en Italia, conformada por los partidos populistas Liga Norte y Movimiento Cinco Estrellas (M5S).

La propuesta –presentada de manera formal ayer martes en el Palazzo Chigi, en Roma– ya había generado molestia entre los socios europeos cuando fue adelantada como proyecto, a finales de septiembre, pues el déficit se salía drásticamente de lo que el anterior gobierno había proyectado.

“Un solo caso como Grecia ha sido suficiente”, espetó el presidente de la Comisión, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, al enterarse de que el déficit presupuestal anunciado por Roma sería de 2.4%, el triple de lo estimado y 0.4 puntos por encima del máximo aceptable en la Unión Europea.

“No habrá Plan B”, respondió, desafiante, Luigi Di Maio, el vicepremier italiano y líder del M5S.

Y pese a que el Banco Central Europeo advirtió que Italia no debía esperar un rescate en caso de enfrentar las consecuencias de un manejo irresponsable de sus finanzas públicas, el gobierno de ese país decidió seguir adelante con el presupuesto.

Al día siguiente de que fue develada la ley de gasto, el bono a diez años del gobierno italiano se disparó 24 puntos base, hasta alcanzar 3.26 por ciento. El 9 de octubre, llegó a un escandaloso 3.67% y, aunque bajó un poco en las siguientes jornadas, ayer cerró en 3.47 por ciento. Apenas en julio pasado estaba un punto por debajo de esa marca.

¿Pero qué hay detrás del presupuesto concebido por el gobierno populista y euroescéptico de Italia? Una cosa, claramente: el intento de hacer frente a las promesas de la pasada campaña electoral, en la que los dos partidos más votados prometieron desde pañales gratuitos hasta reformar el sistema de pensiones para reducir la edad de jubilación pasando por la creación de un salario básico universal para desempleados.

Italia, la octava economía mundial y tercera de la eurozona, es el segundo país más endeudado del G7, en términos porcentuales, después de Japón. Entre 2008 y 2017, su deuda gubernamental pasó de 102.4% de su PIB a 131.8 por ciento.

Hace apenas dos meses, la Unión Europea respiró con alivio cuando se anunció el fin de la crisis de la deuda soberana griega, que llegó a poner en duda el futuro del euro como moneda común. Durante tres años, las finanzas de Grecia estuvieron bajo control de la eurozona y el FMI. El manejo irresponsable de su endeudamiento lo condujo a la peor depresión que haya sufrido una economía desarrollada en tiempos de paz.

Al anunciar el fin del rescate, el presidente del eurogrupo, el portugués Mario Centeno, celebró: “Grecia ha recuperado el control por el que luchó. Pero con el control viene la responsabilidad. Los griegos pagaron caro por las malas políticas del pasado, así que regresar a él sería una equivocación”.

Italia no es Grecia. La economía italiana es casi diez veces más grande que la griega. Un manejo irresponsable de sus finanzas podría tener consecuencias cataclísmicas sobre la eurozona.

Incluso la mera impresión de ello podría impactar la economía internacional en momentos de alta volatilidad e incertidumbre, ya de por sí sacudida por la irresuelta negociación entre la Unión Europea y Reino Unido por el Brexit, el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China y el alza en las tasas de interés.

El tema es tan delicado que los líderes europeos han decidido no victimizar al gobierno italiano, ahora que ha decidido seguir adelante con su plan.

Formalmente, éste no estará en la agenda de la Eurocumbre que comienza hoy en Bruselas, y que durará hasta mañana, pero todo mundo sabe que es un asunto de actualidad ardiente.

Cómo responderán los mercados ante la respuesta de la Unión Europea al reto italiano es algo que el nuevo gobierno de México no debe perder de vista al confeccionar su propio presupuesto. La cobija nunca alcanza para cubrirlo todo.

Buscapiés

Han sido días en los que el gobierno saliente se ha abstenido de presumir lo que considera sus logros e incluso duda en hacer publicidad al proyecto del aeropuerto en Texcoco. Por eso llama la atención que, al comparecer ante el Senado, el secretario de Gobernación haya evitado la falsa modestia. Esta Legislatura, dijo Alfonso Navarrete Prida en la tribuna de la Cámara alta, es resultado de unos comicios que se rigieron por una ley electoral que fue producto del Pacto por México, que, entre otras cosas, dio lugar a la mayor paridad de género en la historia del Congreso de la Unión. Información Excelsior.com.mx

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