Por Pascal Beltrán del Rio
Primero fue el viaje en crucero a Alaska que hicieron, en pleno periodo de sesiones, los diputados José Luis Romero Calzada (PRI) y Jorge Luis Díaz Salinas (PAN), durante el cual el primero de ellos, divertido, se hizo fotografiar en short y sin playera mientras el barco navegaba por un glaciar.
Luego fue la llamada “ecuación corrupta”, un episodio en que se reveló –gracias a un video– que los legisladores Enrique Flores Flores (PAN), J. Guadalupe Torres (PRD) y Óscar Bautista (PRI) pedían un “diezmo” a los alcaldes del estado para limpiar las observaciones que la Auditoría Superior del Estado hacía a las cuentas públicas municipales.
Ahora, menos de un año después de esos dos escándalos, la 61 Legislatura del Congreso de San Luis Potosí ha vuelto a las andadas. Y esta vez no es un puñado de sus integrantes el que está involucrado, sino prácticamente todos los diputados que la componen.
Esta semana, la organización no gubernamental potosina Ciudadanos Observando reveló la existencia de una red en el Congreso para facturar supuestas ayudas sociales mediante empresas fantasma.
La investigación, que contabiliza desvíos por hasta 30 millones de pesos, señala principalmente a los diputados locales José Luis Romero Calzada, Martha Orta Rodríguez, Gerardo Serrano Gaviño y Esther Angélica Martínez Cárdenas, del PRI; Josefina Salazar Báez y Mariano Niño Martínez, del PAN; Jesús Cardona Mireles, de Morena, y José Belmárez Herrera, del PT. Varios de ellos han solicitado licencia para contender por otros cargos.
Con base en solicitudes de transparencia y trabajo de campo, Ciudadanos Observando descubrió al menos 30 empresas inexistentes cuyo domicilio fiscal eran casas particulares en colonias alejadas.
Ayer entrevisté en Imagen Radio a Guadalupe González, vocero de Ciudadanos Observando.
“Esto es una réplica de todos los actos de corrupción que han sucedido en otros estados, como Veracruz”, me dijo.
“Los diputados recurrieron a una red de empresas inexistentes para hacerse de recursos públicos por la terrible impunidad que existe en este país. En esta investigación, que nos llevó cuatro meses, se revela cómo simularon entregar ayudas sociales como material de construcción, despensas y uniformes deportivos, entre otros. Todas las empresas son de reciente creación, es decir, datan de esta Legislatura. Y los diputados no operan solos: hay una red en el interior del Congreso que involucra a funcionarios y empleados”.
Pregunté a Guadalupe González si estos nuevos actos de presunta corrupción ocurrieron después de los escándalos anteriores en el Congreso local, el de los diputados que se fueron de crucero, aparentemente invitados por una empresa de alumbrado público, y de la llamada ecuación corrupta.
—¿No les dio tantita vergüenza lo sucedido antes, como para abstenerse de un nuevo escándalo?
—Es una constante. El problema es que todos han quedado absueltos, no les sucedió nada. Y esa es una invitación a seguir robando.
—Entiendo que este caso es bastante democrático, que hay muchos diputados señalados por el desvío de los 30 millones de pesos.
—Efectivamente, aquí no hay diferencias ideológicas. No hay distingo de colores. Están todos los partidos metidos: Morena, el PT, el PRI, el PAN, el PRD, Nueva Alianza, el Verde… Entre ellos se ponen de acuerdo y es una red.
Agregó: “Lo más grave del hallazgo es que esto no se queda nada más en el Congreso. Muchas de estas empresas fantasma son utilizadas por el gobierno del estado y por los ayuntamientos. De hecho, aquí hay un escándalo donde el Hospital Central de San Luis Potosí utilizó una de estas empresas para facturar medicamento oncológico. Es decir, aquí hay un caso de Javier Duarte a la potosina.
“A los diputados José Belmárez, del PT, y Jesús Cardona, de Morena, les descubrimos facturas por más de un millón de pesos de una empresa falsa, Grupo Zemet, que, desde tres direcciones diferentes, casas abandonadas, facturaba también al gobierno del estado. Ese blanqueo ha sido posible porque los diputados controlan la Auditoría Superior del Estado y ésta nunca les hace observaciones”.
Se podrá hablar mucho en esta campaña electoral de combatir la corrupción, pero está claro que mientras la clase política controle los organismos de fiscalización, este problema continuará.
En esto, fuera de discursos, todos los partidos son similares. La corrupción los iguala.
Lo increíble es que varios de los aludidos en este nuevo escándalo potosino andan en campaña buscando nuevos cargos. Información Excelsior.com.mx