Los insectos de todo el mundo se mueren. Esta es la conclusión de un equipo internacional de científicos que han revisado 73 estudios con el mayor número de datos recogidos hasta la fecha sobre las extinciones de estos invertebrados.
El diario inglés The Guardian ha publicado estos resultados en los que destaca que el 40% de las especies de insectos se encuentran, actualmente, en proceso de extinción y un tercio del total están amenazadas de hacer lo mismo.
La principal razón por la que está ocurriendo es la producción de alimentos a través de la agricultura. Para crear estas parcelas de explotación se deben eliminar grandes cantidades de árboles y arbustos que rodean la zona. Además, los pesticidas que se han comenzado a introducir desde hace 20 años, como los neonicotinoides o el fipronil, eliminan las plagas, pero también, esterilizan el suelo y matan a las larvas que hay en él.
La población de insectos es 17 veces mayor que la de los humanos, pero, al ritmo al que están desapareciendo, los expertos aseguran que en cien años podría extinguirse al completo. Esta extinción masiva puede considerarse la sexta que ha tenido lugar a lo largo de la Historia de nuestro planeta, sin embargo, la implicación de esta en el ecosistema es destacada. Tal es así que la vida de los seres humanos se verá también comprometida.
El ser humano también podría extinguirse
El análisis de la situación al completo se ha publicado en la revista científica Biological Conservation. Uno de los participantes es Francisco Sánchez-Bayo, un investigador español que trabaja en la Universidad de Sidney (Australia) y que ha hablado con el diario inglés. “El ritmo de desaparición es alarmantemente alto: en diez años habrá un cuarto de insectos menos, en 50, la mitad, y dentro de 100 no quedará ninguno”.
El científico español asegura que el principal efecto de la desaparición de los insectos es la desaparición asociada de otras especies: “Si la fuente de alimentos de muchos pájaros, reptiles, anfibios y peces desaparece, ellos se morirán de hambre”. De hecho, en Puerto Rico se ha registrado un colapso en la población de insectos: en los últimos 35 años ha desaparecido el 98% del total que había.
En Alemania también se han registrado colapsos relacionados con el uso de los pesticidas que, sorprendentemente, han afectado a reservas naturales cercanas. En esas zonas se ha registrado el 75% de la pérdida de insectos.
Las especies que más peligro de extinción presentan son las mariposas y las polillas, que en las tierras de un cultivo su población ha descendido en un 58% en tan sólo diez años, seguidos de los escarabajos, de las abejas, de las libélulas y, por último, de las moscas. Sánchez-Bayo recalca la necesidad de cambiar los procedimientos de explotación de los cultivos y de que toda la humanidad reaccione.
Con información de El Español.