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Los morenistas que asistieron al Consejo Nacional de su partido, el 11 de junio pasado, gritaron “¡Unidad! ¡Unidad! ¡Unidad!” para hacernos creer a los mexicanos que nadie ni nada sería capaz de dividir a quienes promueven la supuesta Cuarta Transformación.
Sin embargo, esa imagen de unidad se desvaneció rápidamente ese mismo día. Claudia Sheinbaum confrontó a Alfonso Durazo, gobernador de Sonora y presidente del Consejo Nacional, por permitir que Marcelo Ebrard llegara con una porra. Esta porra no solo apoyó al ex secretario de Relaciones Exteriores, sino que también le exigió a gritos a la ex jefa de gobierno de la CDMX que dejara de realizar actos masivos de proselitismo a su favor, violando así el principio del piso parejo que desde hace mucho tiempo Ebrard ha exigido para garantizar la equidad en la competencia por la candidatura morenista a la presidencia de la república.
Y es que los morenistas nos quieren convencer, como si los mexicanos fuéramos tontos, que en la lucha por el poder se van a respetar las más elementales reglas de urbanidad.
Nada puede estar más alejado de la realidad. La historia enseña que en México y todo el mundo esa lucha ha sido y es dura y hasta violenta, en donde los que buscan triunfar sobre sus adversarios ni dan ni piden piedad y violan las reglas de la competencia cada vez que pueden.
La lucha de las corcholatas de Andrés Manuel López Obrador no es la excepción y cuando concluya será necesario que quien triunfe haga todo lo que esté a su alcance para reparar, hasta donde le sea posible, la fractura que dividirá a los morenistas rumbo a la elección del 2 de junio de 2024.
Ayer pudimos de nuevo ser testigos de la falta de unidad de los morenistas.
Estos es lo que sucedió:
Casi al mediodía, Ebrard difundió por la red X (antes Twitter) el siguiente mensaje: “Demando se respete una encuesta libre y justa como firmamos. Lo digo siendo el único que ha aceptado resultado adverso en una encuesta por la candidatura a la Presidencia . Fue en favor de AMLO, por 32 cuestionarios, en 2011. El acarreo y excesos que estamos viendo deben cesar de inmediato”.
Minutos después, el petista Gerardo Fernández Noroña, comentó así vía X el mensaje de Ebrard: “La competencia es de seis y es muy torpe de su parte minimizar a cualquier compañero aspirante. Su desesperación ha pasado todos los límites. Y pedía piso parejo, el colmo de la incongruencia”.
Después, casi a las 14 horas, un conciliador Ricardo Monreal tuiteó (¿exeó?): “La denuncia del compañero @m_ebrard sobre falta de equidad en el proceso interno de MORENA se tiene que atender. Estamos a tiempo de corregir, teniendo presente que el valor político superior que la y los participantes debemos conservar es la unidad del movimiento transformador”.
Minutos después, en Puebla, Adán Augusto López comentó que es una falta de respeto el hecho de que Ebrard dijera que la contienda ya es de dos, entre Ebrard y Sheinbaum.
Finalmente, a las 15:40, ignorando a Marcelo, Claudia escribió en X que “La 4T es amor al pueblo y a nuestra patria. Eso nos une, nos da fuerzas y nos garantiza que el proyecto de transformación es lo más importante”.
Al igual que en todos los partidos de izquierda que lo precedieron, la desunión es el verdadero rostro de la 4T.
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Información Radio Fórmula