Por Francisco Garfias
Se observa ya un enfrentamiento entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, dos de los tres aspirantes fuertes de Morena a la Presidencia de la República.
El canciller siente demasiada hostilidad en el tema de la Línea 12 del Metro. Los golpes en su contra se han multiplicado desde que se conocieron las conclusiones de la investigación de esa tragedia, que costó la vida a 26 personas: El colapso fue ocasionado por errores en la colocación de pernos y el diseño de la estructura en el tramo ubicado entre las estaciones Olivos y San Lorenzo, según el peritaje. Nada dice el informe final sobre la falta de mantenimiento del Metro, que es más que evidente. La Fiscalía de la CDMX acusa a diez exfuncionarios que formaron parte del gobierno de Marcelo en la CDMX de “homicidio y lesiones”.
Esa hostilidad es alimentada no sólo por el equipo de la jefa de Gobierno, sino por funcionarios de la Presidencia de la República alienados a la causa de Claudia, entre ellos el vocero, Jesús Ramírez Cuevas. Marcelo ha sido leal al Presidente y muy eficaz en el ejercicio del gobierno. Pero ya es claro que los dados están cargados a favor de Claudia.
Un tercer aspirante, Ricardo Monreal, se ha mantenido en el trabajo legislativo. Ha dado señales de que no va a ceder. También sufrió las intrigas de Palacio. El Presidente compró la versión de los porristas de Claudia sobre la responsabilidad del senador en la derrota de Morena en la CDMX. La intriga dio resultados y trajo consecuencias: López Obrador se alejó de Monreal. El zacatecano quiere ser candidato de Morena. Lo repite cada que puede. Pero sabe que López Obrador irá hasta el final con la “consentida”. Cuando llegue la hora y el dedo del Presidente apunte a la jefa de Gobierno, el senador y Marcelo tendrán que definirse.
La apuesta de los dos es que el dedazo sea rechazado por los morenos y que el candidato presidencial salga de una elección interna y no de una, dos o tres encuestas.
El zacatecano ha sostenido que estará en la boleta electoral en el 2024. Quiere ser el candidato del guinda, pero la tiene muy difícil. Ya una vez lo sacaron de la jugada. No se dio por vencido y ganó la gubernatura de Zacatecas. ¿Porque no pensar que lo volverá a hacer en la elección presidencial?
El proceso de sucesión, adelantado por el propio Presidente, se ha desarrollado sin el menor cuidado. Puede generar rupturas al interior de Morena. Ya hay fricciones en los estados entre los partidarios de unos y otros.
El partido oficial también está alineado con la jefa de Gobierno, más que con Marcelo o con Ricardo. Es abierto el apoyo a Sheinbaum por parte de la secretaria general del partido, Citlalli Hernández. Mario Delgado, el presidente, se cuida más. Escaló posiciones de la mano de Marcelo.
* En el sexto round de la pelea que libra en contra de la UNAM, el presidente López Obrador ya hizo del exrector de esa casa de estudios José Narro Robles, “jefe del grupo dominante” de la universidad.
“Ya va a venir el cambio de rector ¿y quiénes deciden? Formalmente el Consejo Universitario. Sí, cómo no; formalmente, pero, pues hay un grupo hegemónico que encabeza el doctor Narro, que desde hace tiempo está manejando la UNAM”, dijo en la mañanera.
López Obrador presenta como inminente el cambio de rector, pero Enrique Graue sale hasta dentro de dos años: en noviembre del 2023. Eso no fue lo peor que dijo en la mañanera de ayer. Habló del paro de 48 horas al que se estaría llamando en protesta por sus señalamientos a la universidad.
“Les propondría mejor que hicieran una marcha, pacífica, desde luego. Pero, paros no… Dejen atrás la desidia, la comodidad y, aunque sea en contra de nosotros, manifiéstense”, dijo.
¿No le estará jalando los bigotes al tigre?
* La UNAM ya le respondió. Una entrevista con Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la universidad, recuerda al Presidente que esa casa de estudios es crítica del neoliberalismo desde hace cuatro décadas. Mucho antes de que el tabasqueño figurara en la política.
En la entrevista publicada en la Gaceta UNAM, órgano informativo de la universidad, Lomelí Vanegas hizo notar que la UNAM fue una de las primeras instituciones que advirtió sobre el cambio de rumbo de la política mexicana. Pero también de las implicaciones del modelo neoliberal para México.
“Desde el primer momento la universidad fue muy crítica con las recomendaciones de privatizar las empresas del Estado, reducir el gasto público, aumentar impuestos y la liberalización financiera que hacían los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial…)”.
Cita como ejemplo el libro México, la disputa por la nación, que en esos años escribieron Rolando Cordera Campos y Carlos Tello, de la Facultad de Economía. Información Excelsior.com.mx