Por Francisco Zea
Con diversión he atestiguado algunas puntadas de la oposición para pretender atacar al Presidente. El impresentable e ininteligible sorteo del avión que no se sorteaba le quedó como anillo al dedo. Algunos políticos subieron a sus redes un mensaje de un supuesto niño gritón de la Lotería Nacional, que afirmaba que no había ninguna esfera de premios en donde cupieran 6 millones de bolitas. El comentario es de una ingenuidad y estupidez salvaje, pero aún más quienes lo subieron a sus cuentas. Sobra explicar que las esferas se cargan por unidades, decenas, centenas etc. Por eso cuando escucho al ciudadano que la oposición está moralmente derrotada, pienso que no tiene razón, no es moral, sino intelectual la derrota.
Es de tal grado la desubicación de los adversarios de López Obrador que le están dejando libre el camino para que los arrase de nuevo en las elecciones del 2021.Estoy empezando a creer, que es tal el grado de corrupción que existió en el pasado, que los pesos pesados de la política están escondidos rogando a Dios que la guadaña de la Unidad de Inteligencia Financiera no les dé cuello. No hay quien haya articulado un ataque eficiente y efectivo, por ejemplo, en contra del inutilazo López-Gatell y su ridícula verborrea de curvas y estadísticas que no le cuadran.
Lo digo y lo repito, la gestión de Gatell ha sido desafortunada e ineficiente. Se convirtió en un remedo de sí mismo y dejó que la política en lugar de la ciencia manejara la pandemia. A todo el coro de operadores de redes que son irreflexivos ante las críticas a su tlatoani particular, entiendan que criticar al doctor Chimoltrufio no es un ataque, es una reflexión a una gestión que ha arrebatado la vida a más de 73 mil mexicanos. Esto resulta más evidente y claro cuando se contrasta con la mucho más eficiente política pública de Claudia Sheinbaum al frente de la CDMX. Para que no empiecen a defecar su frustración en Twitter les aviso que Sheinbaum es un eslabón mucho más importante en el proyecto de López Obrador que López-Gatell, quien nunca hubiera sido ni medianamente conocido si no hubiera surgido esta maldita pandemia.
Regresando a la rifa del avión, pues resulta que todos coincidimos en que fue una burla que no tenía lógica, que era más fácil que te caiga un rayo a ganarte uno de los 100 premios, pero no hubo una sola acción contundente para evidenciar todo lo anterior y le tengo noticias a los adversarios del ciudadano, le fue rebien. Hasta historias conmovedoras le salieron con las escuelas rurales que ganaron un premio de 20 millones.
La peor de las noticias para el país, es que tendremos de nueva cuenta una aplanadora que se llama Morena. Lejos de filias y fobias, una oposición inexistente, facilita la toma de decisiones facciosas, que nunca son buenas para un país.
Me pregunto: ¿No habrá algún político que no tenga complicidad o relación con algún acto de corrupción?, ¿dónde están los grandes tribunos priistas? Aquellos combativos y sarcásticos, como Beltrones. Aquellos panistas cargados de datos y calidad moral; Diego Fernández, otrora gran enemigo el ciudadano sólo aparece una vez a la semana en una columna combativa, pero insuficiente.
Así de profunda ha sido la corrupción, para tener callada a la clase política de este país. Me queda claro que estuvo buena la borrachera de nuestra clase política, pero es una chingadera que nosotros padezcamos la cruda. Información Excelsior.com.mx