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La inmaculada percepción

Por: Vianey Esquinca
De acuerdo con los expertos, la negación “es el mecanismo de defensa en el que el individuo ignora o rechaza aquella realidad que le resulta indigerible, y que de reconocerla le obligaría a tener conciencia de sus emociones y en ocasiones a tomar alguna acción al respecto”.

Este mecanismo es el modus vivendi de los políticos mexicanos, pues sienten que cerrando los ojos a la realidad es como van a resolver las adversidades que se presentan.
Una oda a la negación debe adjudicársele a la secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, Tanya Müller, quien demostró que, como muchos de sus colegas, vive una realidad paralela que tiene lugar en la dimensión desconocida. La CDMX rompió récord en duración de la Fase I de Contingencia Ambiental, para muchos, esto sería alarmante, una situación que requiere acciones inmediatas; no para Müller, quien vive en una ciudad con cielos azules, despejados y desde donde se pueden ver los volcanes.

O al menos éstas fueron las fotografías que subió en su cuenta de Twitter, acompañadas de dos mensajes motivacionales: “Gracias a las políticas ambientales que se llevan a cabo, la #CDMX ha dejado de ubicarse como una de las urbes más contaminadas del país” y “Según el estudio Global Urban Ambient Air Pollution Database de la OMS, la #CDMX no es la más contaminada, sino la séptima de un total de nueve”. ¡Qué fortuna la de estar entre las primeras siete ciudades más contaminadas! ¿Qué sería de la administración pública sin estar en algún top ten aunque sea negativo?

Pero ¿cómo se puede reprender a la secretaria de Medio Ambiente si su jefe incumple las indicaciones básicas? A pesar de que en contingencia se recomienda “no realizar actividades al aire libre que demanden demasiado esfuerzo físico”, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, invitó a correr al gobernador de Chihuahua, Javier Corral, cuando ya se cumplían tres días de la contingencia ambiental. El chihuahuense podría acusar a Mancera de atentar contra su salud o de querer acabar con él por envenenamiento de ozono.

En lugar de buscar medidas integrales, el jefe de gobierno se puso los guantes de box y se puso a pelear con el gobierno federal y la CAMe. Para el gobernante capitalino, disminuir los límites para decretar contingencia es mala voluntad política y no una medida que busca homologar los estándares internacionales que marca la OMS y los países de avanzada.

Por supuesto, los chilangos no son los únicos políticos que aplican el mecanismo de defensa para escapar de la realidad. Los candidatos a la gubernatura del Estado de México se niegan a aceptar que van en otro lugar que no sea el primero. De acuerdo con sus encuestas, estudios y sondeos, cada uno de ellos lleva el primer lugar, o va alcanzando al puntero o está por proclamar su victoria. Cada proceso electoral es lo mismo.

La negación no sólo es utilizada por los políticos mexicanos, sino que se esparce en todo el mundo. El presidente de Estados Unidos, por ejemplo, no acepta, bajo ninguna circunstancia, que se equivoca. Si comparte información confidencial con Rusia, lo cual estaría metiéndolo en problemas, él sale defendiendo su derecho de darle información a quien le plazca. Para él, los cuestionamientos que le hacen son exclusivamente parte de la campaña negra que han emprendido los medios contra él, ¡oh víctima de las circunstancias!

En ocasiones la realidad confronta a los políticos, y los llega a sacar —en ocasiones momentáneamente— de su mundo de fantasía, pero entonces empiezan a ocupar otros mecanismos de defensa como es la distorsión de la realidad, señalando que es una persecución política o que su caso se ha politizado. Información Excelsior.com.mx

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